Cuando apenas faltaban unos días para la comparecencia del general secretario Guillermo Galván ante la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, soltó el gobierno federal, por conducto del propio Felipe Calderón Hinojosa, uno más de sus ya característicos golpes de efecto.
Ante la inminencia de que el jefe militar anunciara que la guerra llegó para quedarse y el Ejército “salvo orden contraria del Ejecutivo —dijo el general— o decreto del Congreso” permanecerá en la calles por cinco o diez años más, Felipe Calderón intentó, de nuevo, con una maniobra de distracción, curarse en salud. |