Por: Eder Guevara
En los últimos días hemos sido testigas/os de una realidad terriblemente violenta, lacerante, el asesinato impune de activistas, lejos de amedrentarnos, nos da rabia, nos da coraje. Desde Norma Andrade y Nepomuceno Moreno, hasta Alexis Herrera y Gabriel Echeverría, más de 60 activistas en el presente sexenio han sido asesinadas/os; bajo la nubosidad de la supuesta guerra contra el crimen organizado, han sido eliminados elementos incómodos para los gobiernos Federal y estatales, por lo mientras lo que ocurre en el país es alarmante: militarización (incluso ya, por militares norteamericanos), más del 60% de la población en situación de pobreza, más de 7 millones de jóvenes excluidas/os del sistema sin acceso a educación ni empleo digno, más de 60 000 asesinatos producto de esta guerra estúpida, pero sobre todo producto de la incompetencia criminalmente negligente.
Son tantos los temas que ameritan que salgamos a protestar y a exigir justicia que hay un riesgo claro: perdernos en la corriente de la manifestación y no continuar el camino de la construcción de alternativas.
El proceso organizativo es sin duda alguna lo fundamental, porque estamos todas/os de acuerdo en que no debemos transigir con la ignominia, con el abuso del poder, con la impunidad, debemos dar luz a las víctimas; pero también debemos tener una visión de estado que nos conduzca a la acción dirigida; me explico: es muy claro que el neoliberalismo en México como en el resto del mundo fue un proyecto fallido, que solo ha servido para crear una oligarquía muy poderosa y condiciones de vida deplorables para la inmensa mayoría, entonces lo que se requiere es modificar el sistema económico por uno que asuma su responsabilidad social al garantizar la totalidad de los derechos humanos de toda la población; pero ello implica un obstáculo muy concreto que es la oligarquía misma, que por obvias razones hará todo lo que esté a su alcance para evitar que el sistema que los creo y tanto los ha beneficiado sea derrocado, ellos tienen capital económico, control sobre las estructuras institucionales, medios de comunicación masiva, nosotras/os lo único que tenemos es a nosotras/os mismas/os y eso es suficiente siempre y cuando estemos muy bien organizadas/os y claras/os en que el camino nunca ha sido fácil pero tampoco ha sido imposible jamás.
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Las pifias de Enrique Peña Nieto, por otro lado, no son una casualidad, tampoco son un tema banal, el que un candidato que aparece tan bien posicionado en las encuestas para ser el próximo presidente de la República Mexicana no haya leído un libro en su vida nos habla de muchas cosas, para empezar que el desprecio que la clase política tradicional, le tiene al pueblo mexicano, es tal, que creen que con cualquier ignorante con rasgos fenotípicos “bonitos” y mucha mercadotecnia puede ser nuestro máximo representante; también es un claro reflejo del poder de los medios de comunicación, un tipo incapaz de articular una idea sin necesidad de un guión, no es más que un títere de los grupos de poder; ya tuvimos a un Presidente estúpido, nos dejó en vergüenza en innumerables ocasiones en el extranjero y generó las condiciones para el retroceso de la incipiente democracia que ya teníamos, pero además, Peña tiene las peores características de los últimos presidentes: lo estúpido e ignorante de Fox, lo represor y antidemocrático de Calderón, clasista como Ernesto Zedillo, corrupto, cínico, populachero como Salinas de Gortari, MISOGINO Y AUTORITARIO COMO TODOS ELLOS.
Apostarle a la continuidad de la derecha en el gobierno es asegurar que México siga en picada, en la profunda crisis que aunque sea increíble se puede profundizar aún más, es poner en riesgo al grueso de la población, es consolidar un estado fascista, dictatorial; darle a la derecha (en la persona de Peña o de algún otro candidato del PRI o del PAN) el beneficio de la duda es a todas luces sentenciar a las siguientes generaciones a la miseria.
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En días pasados ha habido un desafortunado diálogo entre dos destacados e históricos dirigentes de la izquierda mexicana, en ambos casos creo que hubo errores que no pueden ser omitidos, Andrés Manuel López Obrador al ir a Chiapas en una de sus habituales giras para evaluar el trabajo de MORENA, hizo un llamado muy cordial a los priistas decepcionados con su partido a sumarse a la fuerza progresista y luego hizo otro llamado a la dirigencia del EZLN a no desacreditarlo, a no llamar al abstencionismo por el bien de México; por su parte y en respuesta a ello, el Subcomandante Insurgente Marcos, dirigente del neozapatismo, dijo una vez más como hace seis años, que Andrés es lo mismo que la derecha, que la supuesta izquierda electoral no era ninguna opción.
A partir de ello las bases de ambos movimientos entraron en controversia una vez más; creo que en todo esto hay ofensas de ambos lados, Andrés no puede ir a Chiapas y públicamente pedirle al movimiento zapatista que no den determinado punto de vista, eso no abona al diálogo, lo correcto desde mi humilde punto de vista es que más allá del proceso electoral, pueda hacerse un llamado a construir un puente de comunicación y solidaridad con las bases zapatistas y sus comunidades que con mucho esfuerzo resisten hasta hoy el golpeteo de la derecha. Debemos ser capaces de dialogar y avanzar en las coincidencias con los movimientos más radicales de la izquierda, creo que debería ser más fácil que caminar con los claudicantes, y con éstos tenemos un diálogo permanente.
En el caso de Marcos, una vez más por atacar a la persona (AMLO) anula a toda una base social, sin la que Andrés sería nada, “el Sub” se niega a reconocer que el liderazgo de Andrés Manuel se sostiene en una organización de base nacional, y al hacerlo, nos anula, nos condena a la sombra, olvida que fue la sociedad civil que en su mayoría hoy se ve identificada en el Movimiento de Regeneración Nacional, la que en 1994 salió a las calles a exigirle al gobierno que no masacraran al EZ.
Con el pueblo todo, nada sin él. Y es que liderazgos siempre habrá, siempre tendremos a dirigentes carismáticas/os que puedan llenar una plaza, y siempre será el movimiento social en su conjunto el que decida hasta donde llega y qué dirección tendrán los procesos.
Lo fundamental y lo que debe aglutinar a ambos movimientos son dos elementos: los siete Principios Zapatistas y el Proyecto Alternativo de Nación, yo creo en ambos, y creo firmemente en mi derecho a disentir y a avanzar de la mano de todo movimiento que resiste y lucha día a día, estoy convencido de que las trincheras hermanan y creo que el esfuerzo de Andrés Manuel por recorrer todos los municipios del país en varias ocasiones ha permitido tener hoy, el germen de una organización popular de largo aliento.
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El pasado 15 de diciembre el capítulo juvenil y estudiantil del Movimiento de Regeneración Nacional (morenaje) cumplió dos meses de trabajo, tengo la fortuna de colaborar en la comisión de organización, y me siento muy contento por conocer a tantas/os camaradas en todo el país dispuestas/os a construir la diferencia, las tareas han sido arduas, los errores constantes y aleccionadores, pero sobre todo el aprendizaje es cotidiano, sorprendentemente podemos decir que a dos meses de trabajo, ya tenemos presencia en prácticamente todos los estados de la República.
El papel de la juventud no solo en la próxima elección sino en los momentos que se avecinan será trascendental, con más de 30 millones de jóvenes en México es este sector el que puede definir el rumbo del país, es también el más afectado por las políticas neoliberales de los gobiernos de derecha, y debe ser fundamental agregar de forma muy puntual y extensa sus problemáticas en la agenda nacional de la izquierda no en una actitud paternalista, sino conscientes de que a la juventud le corresponde asumir la dirección del país.
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“Aquí está una de las tareas de la juventud: dirigir y empujar con el ejemplo” decía el Ché Guevara en un discurso, y es que en las y los jóvenes recae la posibilidad de hacer política sin esperar un beneficio personal o de grupo, sino lo mejor para el país y la humanidad, por ello no podemos callar ante los errores de nuestros correligionarios adultos, no podemos por ejemplo, no decir que es un error de Andrés Manuel declarar que en temas filosos como el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo o en el derecho universal de toda persona a formar una familia sin importar su preferencia sexual, se someterá a consulta popular lo que haya que hacer, eso compañero es demagogia y ofende viniendo de ti, los Derechos Humanos no se someten a consulta, se respetan y ya! La izquierda debe caracterizarse por impulsar que el Estado GARANTICE el libre ejercicio de los derechos humanos de todas y todos.
Una tarea urgente más allá del proceso electoral pero atendiendo la coyuntura, es enlazar con compromiso auténtico a todos los movimientos sociales a lo largo y ancho del país, Andrés ha estado sumando afectos de forma acertada con muchos sectores de la población lejanos a nosotras/os hace 5 años, pero es tarea de MORENA como la organización progresista más grande del país, escuchar todas las demandas locales para encontrar puntos de convergencia, es un reto enorme pero urgente ante la embestida de la derecha y de los Estados Unidos que cada vez hacen más notorio su interés por capitalizar la crisis que vivimos en México.
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Que la derecha lo escuche y lo entienda bien, el Juicio que ante la Corte Penal Internacional impulsamos miles de ciudadanas/os mexicanas/os libres e indignadas/os, no es hacia una persona, no es contra Calderón, es para que se acabe el ciclo de impunidad que todos los gobiernos de derecha en el país han permitido, es para que se someta a juicio a los grupos del crimen organizado y se esclarezcan las responsabilidades que tienen nuestros ineptos gobernantes.
Toda la solidaridad para Netzaí Sandoval, y para los estudiantes de Guerrero, en especial de la Normal de Ayotzinapa y para los de la Universidad de Guadalajara, exijo que termine esta política juvenicida, que las/os estudiantes y la juventud en México no solo no somos las/os enemigos de la Nación, somos su mejor esperanza de construcción aquí y ahora.