El tema de este martes y lo que motivó la risa hasta
de los priístas fueron las encuestas publicadas por los diarios que
circulan en el Distrito Federal y que dan una gran diferencia entre el
sitio que ocupa el mexiquense del de tabasqueño y ahora resulta que en
tan sólo 72 horas hasta la doña Josefina repuntó. ¿Será por el cuchi,
cuchi? Algunos tricolores de los que son serios y que están dando pelea
por la llegada de su candidato advierten que “se les está pasando la
mano y esto se pondrá peligroso porque a la gente se le agrede
innecesariamente, tanto a los panistas con el llamado al voto útil, como
a los perredistas. Los panistas solo esbozan una media sonrisa porque
ni ellos, los que están participando en la contienda, se la creen ya que
encuentran que a cada paso la Vázquez Mota va perdiendo la brújula.
Los de López Obrador repiten que andan más que desesperados y preocupados por lo que puede pasar el primero de julio y de ahí que multipliquen erróneamente sus agresiones hacia el tabasqueño, quien sin proponérselo y merced a estos ataques cada día suma más y más adeptos, aunque las encuestadoras, que en diferentes momentos han aceptado que sus números corresponden a un parte de la estrategia de las campañas publicitarias electorales y que las hay que brindan resultados de acuerdo a lo que el cliente espera, se empeñen en intentar demostrar lo contrario. Aquí lo cierto es que estas empresas y las televisoras se están jugando el todo por el todo, al igual que Felipe Calderón, al igual que todos los que rodean a la familia Fox, incluida ésta por supuesto.
Los intereses creados durante décadas y décadas unidos en estos dos partidos están haciendo su juego y eso hace peligroso el proceso, de ahí que el IFE y los líderes empresariales se empeñen una y otra vez en llamar a la paz, a la cordura, a la tranquilidad y hagan obligatorio el pacto de no agresión, de aceptación de resultados, de total admisión a lo que la autoridad electoral determine. Y esto lo basan en el argumento de que es toda una estructura, la del IFE, que cuesta además miles de millones de pesos y que está conformada por especialistas a los que hay que creerles a pie juntillas y la verdad eso no ha pasado y no está esa confianza presente en el electorado, en la gran mayoría de votantes. Que cuesta mucho dinero, ni dudarlo; que su desempeño de antes y más el de ahora deja muchas dudas, genera interrogantes y no satisface y mucho menos produce confianza ciega esta a la vista y no es con declaraciones como logran revertir tal imagen.
Los de López Obrador repiten que andan más que desesperados y preocupados por lo que puede pasar el primero de julio y de ahí que multipliquen erróneamente sus agresiones hacia el tabasqueño, quien sin proponérselo y merced a estos ataques cada día suma más y más adeptos, aunque las encuestadoras, que en diferentes momentos han aceptado que sus números corresponden a un parte de la estrategia de las campañas publicitarias electorales y que las hay que brindan resultados de acuerdo a lo que el cliente espera, se empeñen en intentar demostrar lo contrario. Aquí lo cierto es que estas empresas y las televisoras se están jugando el todo por el todo, al igual que Felipe Calderón, al igual que todos los que rodean a la familia Fox, incluida ésta por supuesto.
Los intereses creados durante décadas y décadas unidos en estos dos partidos están haciendo su juego y eso hace peligroso el proceso, de ahí que el IFE y los líderes empresariales se empeñen una y otra vez en llamar a la paz, a la cordura, a la tranquilidad y hagan obligatorio el pacto de no agresión, de aceptación de resultados, de total admisión a lo que la autoridad electoral determine. Y esto lo basan en el argumento de que es toda una estructura, la del IFE, que cuesta además miles de millones de pesos y que está conformada por especialistas a los que hay que creerles a pie juntillas y la verdad eso no ha pasado y no está esa confianza presente en el electorado, en la gran mayoría de votantes. Que cuesta mucho dinero, ni dudarlo; que su desempeño de antes y más el de ahora deja muchas dudas, genera interrogantes y no satisface y mucho menos produce confianza ciega esta a la vista y no es con declaraciones como logran revertir tal imagen.
Lilia Arellano
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