- Magistral lucha libre
- Elba, arreglada
- Contra disidentes
- Camacho: PRI-gobierno
Julio Hernández López
EVALÚAN EL PRESUPUESTO 2013. Los legisladores perredistas Armando Ríos
Piter y Miguel Barbosa se reunieron ayer por la noche con el secretario
de Hacienda, Luis Videgaray, para hablar sobre el presupuesto 2013Foto Notimex
Los primeros indicios
apuntan a un pleito arreglado. Enrique Peña Nieto lo que busca no es que
el Estado recupere el control educativo, sino su gobierno, su grupo.
Por ello es que la presunta autonomía del Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación (el supuesto brazo ejecutor contra el
gordillismo) quedará en el regazo de Los Pinos, desde donde se propondrá
a los cinco miembros de la junta de gobierno para que el Senado los
apruebe por mayoría calificada (los partidos que garantizan esa
proporcionalidad ya están en la jugada, pactados) y de entre ellos el
propio EPN designe a quien presida tal órgano
autónomo, con una calendarización de designaciones con sentido de transexenalidad.
La profesora en jefe, mientras tanto, se mantiene agazapada, enviando
a algunos de sus casi anónimos personeros a hacer declaraciones de
apoyo genérico: sí se apoyarán los postulados de la reforma educativa
peñista en todo lo que coincida con los planteamientos hechos durante
largos años por el propio SNTE, dijo ayer Juan Díaz, quien según eso es
secretario general de ese sindicato y un día antes había estado perdido
entre los asientos del Museo de Antropología a la hora de los discursos
guerrerosde Peña Nieto y del teatral Emilio Chuayffet.
Pero el supuesto gran reformador y la supuesta gran damnificada han
hablado largamente. Todo apalabrado. De entrada, el simulacro de combate
permitirá a Peña Nieto una legitimación de saliva, con un procesamiento
a mediano y largo plazos a cuyo final las cosas podrían quedar a
satisfacción de las partes concurrentes en este episodio de lucha libre
en el que no caerán máscaras ni se cortarán cabelleras. Y la profesora
podrá presumir también de legitimidad a prueba, cuando ya se haya
cumplido el ritual de la evaluación
autónoma, el levantamiento de un censo educativo y la instauración del servicio profesional de carrera.
En todo caso, las baterías reales están enderezadas hacia otros
ámbitos: el del sindicalismo contrario a los controles gordillistas y a
Peña Nieto. Ya el indicador Jesús Zambrano había apuntado hacia esos
espacios de disidencia en su sentido discurso reciente junto a Peña
Nieto. En el proyecto peñista-salinista de rediseño político nacional
esos enclaves magisteriales discordantes están en la mira y hacia ellos
se dirigirá la fuerza
del Estado, tanto física como mediática, a fin de
modernizarlos. Esa guerra del gobierno federal contra el profesorado disidente en nada debilita a la cacica tolerada, sino todo lo contrario.
El nuevo reparto de cartas requiere, sin embargo, que la profesora
hegemónica ceda también parte de su excesiva acumulación de poder y
riqueza. Para eso están apuntados los tutores del nuevo poder federal,
los aliados de Televisa que mediante fundaciones a modo han combatido al
SNTE y a su jefa máxima, con declaraciones y con documentales De panzazo. La República de Televisa requiere una porción del pastel educativo, con Claudio X. González como
líder moraldel cambio (de manos) que permitiría a la élite de la iniciativa privada entrarle de lleno al negocio de la educación y privilegiar sus criterios.
Así que: ojo, mucho ojo. Es un espectáculo triple A: lucha
libre con estridencia y gran simulación. El que supuestamente va como
gladiador técnico es Emilio Chuayfett, conocido como El Fantasma de Acteal,
contra la muy ruda Elba Esther Gordillo, en una pelea arreglada a seis
años, con reglas ya establecidas y rutinas de combate aparatoso pensadas
especialmente para el respetable público que ya estalla en
exclamaciones de júbilo ante el quinazo de a mentiras que será
transmitido por Televisa a fin de llevarse una tajada convenencieramente
moralista de la taquilla política, luego de su inversión previa a
través de un documental de ablandamiento al gordillismo que ahora
serviría para cerrar tratos finales entre las tres partes involucradas.
Todo esto, amiguitos, corran y cuéntenlo a quien más confianza le
tengan.
En otro cuento de temporada, ayer se dio profesional seguimiento al
guión general de restauración de los clásicos montajes priístas de
sesudas deliberaciones plenarias para ver si terminan eligiendo como
dirigentes a quienes ya habían sido designados por el Primer Dedo del
País y todo mundo lo sabía. Otro miembro del clan mexiquense ha sido
instalado como presidente del comité nacional priísta, luego de pasar el
duro trance de ser candidato único y de que los miembros del consejo
nacional del partido de tres colores tardaran algunos instantes de
indefinición en el sentido de su voto antes de darle el insospechado sí.
De esa manera ha quedado el ex gobernador César Camacho como
restaurador de la afamada etapa del PRI-gobierno, con la intrépida
yucateca Ivonne Ortega Pacheco como secretaria general. Uno es
representante del más depurado estilo Atlacomulco y la otra, a su vez,
de la versión peninsular que tuvo como emblema a su tío, Víctor Cervera
Pacheco.
No está de más recordar que, en diciembre de un año atrás, Humberto
Moreira tuvo que renunciar a la presidencia del comité nacional priísta
para no
contaminarla campaña peñista con los señalamientos de la enorme deuda pública que en Coahuila había contratado para hacer obra pública (y electoral de corte nacional, según sus opositores) y con acusaciones de triangulada corrupción. Aun cuando quedó como interina la regiomontana Cristina Díaz Salazar, el antes mencionado Primer Dedo se posó en el dúctil senador Pedro Joaquín Coldwell para encargarse del PRI. Ahora que el ex gobernador de Quintana Roo ha ocupado la Secretaría de Energía (sin tener ni una pizca de experiencia sobre el tema), la misma Cristina ha servido unos días nuevamente como interina (en ese carácter tuvo minutos de acotada gloria al aparecer entre los firmantes del Pacto por México, pero desplazada por Gustavo Madero y Jesús Zambrano a los que Peña Nieto colocó siempre en lugares preferentes, con la priísta en segundo plano), para hacerse finalmente a un lado ante la llegada de la dupla sustituta con la que el gobierno federal desea transitar estos primeros años. ¡Hasta mañana!