1. Los maestros de México –más de un millón- son humildes, pacientes,
pero no son tontos. Parecen pertenecer a los profesionistas
silenciosos, pero pueden levantarse cuando no les dejan otra
alternativa. Están viendo que el Gobierno de Enrique Peña y sus aliados
(PRI, PAN, PRD y otros) les quieren imponer programas privatizadores en
educación y ellos observan con paciencia. ¿Cómo pueden aceptar los
maestros –para seguir medidas privatizadoras yanquis- acciones que el
gobierno impone sin tomar en cuenta que México tiene otra historia y
condiciones distintas? En vez de la privatización, plantean los
profesores, lo que debería hacerse es asegurar que todos los niños del
país desayunen y coman adecuadamente, que en su hogar no sufran
problemas, para que aprovechen todo lo que se les enseña en clase. Si se
quiere evaluar a los maestros, ¿por qué no se analiza y discute
ampliamente el método?
2. La educación inició su desplome, aceleradamente, en 1982, a partir
del gobierno de Miguel de la Madrid. Con el registro de la profunda
crisis económica y el terrible endeudamiento, así como la orden del FMI
de reducir la inversión social y de impulsar a la empresa privada,
siguió la política de invertir sólo alrededor del cuatro por ciento en
educación cuando la recomendación de la UNESCO era del doble. Después de
muchos años ya se requería más presupuesto en salud, vivienda,
educación, investigación; pero todo se detuvo y entonces vinieron todas
las carencias. En los servicio de salud el Seguro Social (IMSS). El
ISSSTE y la secretaría de Salud, comenzaron a ser insuficientes en
médicos, medicinas, camas de hospital. Y en educación los estudiantes se
empobrecieron más, los edificios no se atendieron, tampoco los salarios
de los maestros.
3. La privatización es lo peor que puede pasarle al pueblo puesto que
él no tiene propiedad privada, dinero en los bancos y mucho menos
salarios para pagar los servicios que recibe. La evaluación que se ha
estado imponiendo es claramente una medida capitalista, meritoria,
privatizadora, que lesiona la educación. Me recuerda la funesta “carrera
magisterial” con base individualista que destruyó la lucha colectiva
de los maestros poniéndolos a competir entre ellos y que en nada,
absolutamente nada, benefició a la educación. La privatización debe ser
combatida en todos los campos porque no pertenece a nuestra cultura como
latinos. Los maestros no son tontos; pero tendrán la capacidad de
levantarse en bloque, unir fuerzas y salir a las calles a defender sus
intereses como profesionistas? No es que el gobierno no quiera entender,
lo que sucede es que es una imposición yanqui.
4. ¿Nos están provocando –preguntan los maestros- a otras batallas
magisteriales en todo el territorio mexicano parecidas a las de 1989?
En aquel año la lucha fue desencadenada por la Coordinadora (CNTE)
contra el caciquismo magisterial de Jonguitud Barrios que se había
iniciado en 1972; en dos o tres meses de movilizaciones logramos
expulsar del poder a Jonguitud, pero luego el presidente de la
República, Carlos Salinas, impuso a Esther Gordillo y, después de 23
años como cacique del Sindicato (SNTE) no hemos podido eludir su
cacicazgo. Aunque la CNTE no ha dejado de luchar contra el caciquismo de
la Gordillo, parece en 2013 la batalla es centralmente contra la
descarada privatización de la educación y aquí las dos fuerzas pueden
marchar juntas (o casi juntas) porque la privatización es un golpe mucho
más duro al pueblo que cualquier liderazgo espurio.
5. Sin embargo tengo la duda que mis compañeros de la CNTE decidan
unir fuerzas con la Gordillo y también que ésta se acerque a la
Coordinadora para acordar una batalla conjunta. Han sido posiciones
irreconciliables y éstas las conoce perfectamente el gobierno de Peña.
¿Será la gran maniobra de Peña Nieto y Chuayffet para deshacerse de la
ya muy desprestigiada Gordillo y colocar a otro personaje, repitiendo
exactamente lo que hizo Salinas en 1989? Como esta lección se la sabe de
memoria la líder sindical pienso que podría chantajear con
declaraciones, pero es muy difícil que llegue a las movilizaciones que
la pondrían en peligro. La CNTE estaría dispuesta a salir a la calle,
tal como lo ha demostrado en su larga historia de más de 30 años, pero
no confiaría en la Gordillo porque ésta estaría dispuesta a negociar con
el gobierno.
Consultar: http://pedroecheverriav.wordpress.com
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