jueves, 10 de julio de 2008

Agoniza el sindicalismo

Intereses en el SNTSS

Luis HERNANDEZ ESTRELLA

¿Por qué agoniza el sindicalismo?, se preguntaba mi amigo, quien me relataba cómo los intereses cupulares de las dirigencias estatales y nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social permiten la pérdida de muchas conquistas laborales plasmadas en su Contrato Colectivo de Trabajo.

Con la llegada de Valdemar Gutiérrez Fragoso a la Secretaría General del SNTSS está en juego la supervivencia del IMSS y de su sindicato, así como la defensa de las últimas reformas a la Ley del Seguro Social, que incluyeron la privatización del sistema de pensiones y el menosprecio del régimen de solidaridad social.
Una institución con muchos enemigos en diferentes ámbitos, que en su propia estructura interna tiene incrustados a quienes representan a los grandes intereses patronales, hasta los que medran con el manejo de los sindicatos como instrumentos de poder para beneficios propio y de grupo, incluyendo el SNTSS.
Decía mi citado amigo que mientras no se “desmonte” el sistema sindical corporativo, el crecimiento y la defensa de los derechos de los trabajadores seguirán a la baja, por lo que es esencial una democratización del sistema y lograr la libertad sindical; de no ocurrir esto, el sindicalismo tocará fondo, y esto ya no aguanta más.
En Campeche, los dirigentes sindicales del IMSS la hacen de verdaderos caballos de Troya dentro del gremio, pues sirven al Gobierno y a la misma empresa en su carácter de “infiltrados” dentro de la misma base, la cual no tiene más remedio que seguir soportando estoicamente esa tiranía sindical que deteriora día con día las condiciones laborales.
Hay una profunda crisis en el SNTSS de Campeche, pues los grupos de poder metidos dentro del mismo lo han convertido en un botín para sus muy particulares intereses. Son esquiroles del movimiento obrero con los cuales el Gobierno mantiene el control de la base trabajadora.
Son estos mismos dirigentes quienes se ajustan y cambian de ideología como camaleones de la política según el gobierno que les toque en el poder, por lo pronto, en estos momentos son azules, mochos y fachos, y además militan de facto en el PAN y dan limosna en la misa del domingo.
Son los primeros en actuar de manera conformista pero obediente, en la defensa de la destrucción y desmantelamiento de todo lo logrado y plasmado en su Contrato Colectivo de Trabajo, para luego, en el juego de sus propios intereses, cobrar las facturas de acuerdo al vaivén de la bolsa de sus valores éticos y morales.
Comentaba mi antiguo amigo que, de alguna manera, conoce la situación interna de este gremio, que Miguel Santamaría Pinto, el dirigente del Sindicato, es uno de aquellos seudolíderes que ha permitido que, a cambio de unos cuantos favores para colocar a su sobrino en puesto con clave de base, la agrupación sirva a la institución de fedatario de las más aberrantes violaciones a los derechos laborales de sus agremiados. O el caso de Atilano Jiménez Novelo, quien colocó a su hijo en un puesto con clave de base.
Estos hechos alcanzan a otros dirigentes sindicales del IMSS en Campeche. El pago de estas canonjías del delegado estatal José Jesús Lomelí Ramírez, a la cúpula del SNTSS en Campeche, se traduce en total sumisión de los “representantes de trabajadores” a la empresa, aceptando contubernios para denigrar los derechos de sus representados.
¿Cuántos son los juicios laborales que se ventilan en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en Campeche, demandados por trabajadores que han visto sus derechos laborales conculcados por la empresa, y en los que el SNTSS, Sección Campeche o tan siquiera la Nacional preste la asesoría legal para enfrentar a la institución patronal y defender a los inconformes? Hasta hoy ninguno, refería mi amigo.
No es falta de voluntad de parte de los dirigentes del Sindicato del IMSS de Campeche para vigilar que el Contrato Colectivo de Trabajo sea respetado, externaba mi cuate, sino mero contubernio, pues trasciende entre los trabajadores que el servilismo y la lambisconería hacia el delegado estatal por parte de los dirigentes se han convertido casi en una profesión para ellos.
No importa el grado de estudios o la experiencia laboral en la institución para pretender obtener una plaza, sólo basta ser hijo de un alto funcionario, tener apellido con linaje, militar en el PAN, ir los domingos a misa y convertirse en un prejuicioso de los trabajadores que carecen de esos atributos. De inmediato resuelve el aspirante a una plaza el 100 por ciento de los requisitos solicitados, contando desde luego con la venia de la dirigencia sindical.
La corrupción en el sindicato del IMSS es evidente, pues la falta de conocimientos de sus derechos laborales por parte del personal sindicalizado, y el temor de exigir a la dirigencia la vigilancia y aplicación del Contrato Colectivo de Trabajo, permite que el nepotismo se practique entre los jefes de departamento sin ningún recato, y así hay reparto de plazas a familiares, amigos y compadres, como si se tratara de paletas de chamoy, mientras los dirigentes se hacen a los occisos o de la vista gorda.
Estos hechos violentan el derecho escalafonario de los trabajadores para ocupar plazas de confianza “B”, y con ello el Contrato y la mismísima Ley Federal del Trabajo, pero hay indiferencia.
Para reducir el número de plazas de confianza y de algunas oficinas o departamentos que sólo ocasionaban gastos innecesarios, el IMSS ofreció hace 4 ó 5 años un “retiro voluntario” a esos trabajadores, haciendo un gasto oneroso en liquidaciones, ¿y para que sirvió esta sangría al presupuesto del IMSS? Para nada.
Con la llegada del PAN al poder y del neopanista José Jesús Lomelí Ramírez a la Delegación Estatal del IMSS en Campeche, esas plazas se ocuparon y se crearon muchas otras para satisfacer compromisos con panistas de alcurnia desempleados, a los que se les puede observar en el Almacén Delegacional, Subdelegación, Oficina de Cobros, Jefatura de Finanzas, Delegación Estatal, Comunicación Social, etc. ¿No que está en crisis el IMSS? Bueno, para los panistas todavía hay en el IMSS, pan en el “lek” y chile en el “coco”.
Del Diario Tribuna Campeche (Opinión)
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