miércoles, 8 de octubre de 2008

El tsunami financiero azota a Europa

Alfredo Jalife-Rahme

Bajo la Lupa

El rescate de Paulson-Bernanke-Bush se parece más a sus similares fracasados de Japón y México, en lugar del exitoso modelo escandinavo.
Desde la década de los noventa Japón no sale de su inopia económica (ahora acaba de volver a entrar en recesión, según The Economist; 03.10.08) y sobre el cataclismo del FOBAPROA/IPAB en el “México neoliberal prianista” es preferible callar ante tanta evidencia nauseabunda.
Apenas vamos en la segunda fase del tsunami financiero global (ver Bajo la Lupa; 21.09.08), creado por EU, el país más irresponsable del mundo. Dean Baker, analista del rotativo británico The Guardian (3.10.08), fustiga que “el pánico financiero fue provocado por el presidente Bush”.
Una “deflación financiera” con un “desapalancamiento” brutal (“deleveraging”) sumado de una “estanflación económica” —por cierto, título de nuestra reciente ponencia magistral premonitoria en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (ver Bajo la Lupa; 17.09.08)— deja ileso a nadie; ni a las ilusiones del jihadista neoliberal Calderón.
Ya empezaron los suicidios, los linchamientos de empresarios y el reclamo de encarcelar a los banqueros (sobra sentenciar que son unos “bandidos”, como les llaman en EU, porque constituye un pleonasmo a su profesión desregulada), en particular, los gobernadores centralbanquistas del G-7 correctamente puestos en la picota por Ambrose Evans-Pritchard (AEP), aterrado ante la probabilidad de una “desintegración” (¡súper-sic!) del sistema financiero internacional (The Daily Telegraph; 6.10.08).
¿Y qué de la periferia tropical como el “gobernador” cordobista Ortiz Martínez de BANXICO quien tanto daño ha causado en México desde el FOBAPROA/IPAB, al unísono de los hermanos Werner Wainfeld (Martín y Alejandro Mariano) quienes se despachan con la cuchara grande en la Secretaría de Hacienda mediante sus presuntos vínculos obscenos con Goldman Sachs y banca Mifel?
En forma demencial, Ortiz Martínez elevó las tasas de interés en la peor coyuntura, en lugar de reducirlas, lo cual aceleró la inanición económica en México. Su demencia es producto de la “autonomía” de BANXICO, “un estado dentro del estado”, gracias a un Congreso castrado y a un Ejecutivo postrado ante el fracasado monetarismo neoliberal centralbanquista.
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