jueves, 9 de octubre de 2008

Vanguardia Política

Opinión

Aurora Berdejo

9 de octubre de 2008

Con su plan anticrisis, Calderón intenta sacar su reforma energética; AC y GOM sólo improvisan

Después de varios días de estar evitando hablar sobre el tsunami económico que ha cimbrado al mundo, finalmente ayer, el presidente Felipe Calderón no tuvo más remedio que reconocer en el salón "Manuel Avila Camacho" de Los Pinos, acompañado por los secretarios de Hacienda, Agustín Carstens y de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, que Estados Unidos vive una de las peores crisis de su historia, lo que se ha reflejado en las economías de Europa y en suma, que la gravísima situación que vive el mundo, afecta a México.

Pero el anuncio del plan anticrisis de cinco punto que hizo el jefe del Ejecutivo plantea varias cuestiones por demás importantes: ¿tenía que haber una crisis mundial para adoptar medidas para reforzar la economía mexicana? Por lo visto, Calderón aprovecha la crisis para sacar su reforma de Pemex empujando la construcción de una nueva refinería. Además, la desgravación y simplificación arancelaria favorece las importaciones (¿desde USA?), no a la industria nacional.

Asimismo, los apoyos a las PYMES siempre favorecen a los intermediarios, léase a los mismos bancos que a pesar de las tasas preferenciales del Gobierno, otorgan el crédito a los productores a precio de mercado. O sea, el beneficio no llega a las PYMES, y a ello hay que añadir que no hay crédito a las exportaciones ni creación de empleo. No hay medidas de atracción de capitales del exterior y sin duda, México depende del devaluado dólar para las transacciones externas.
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