viernes, 12 de junio de 2009

La propiedad del Estado concebida como cabaret

México SA
  • Repaso de argumentos presidenciales privatizadores
Carlos Fernández-Vega

Cuando en 1983 Miguel de la Madrid inauguró la venta de garaje de los bienes de la nación –atendida y promovida por los cuatro gerentes que lo sucedieron en Los Pinos– justificaba su proceder con la siguiente frase: "el Estado no puede ni debe administrar centros nocturnos", de tal suerte que "se deshará de sectores no estratégicos". A partir de ese momento toda, absolutamente toda la propiedad de la nación fue inventariada como "cabaret no estratégico" y, consecuentemente, "desincorporada" (léase privatizada).

Poco más de un cuarto de siglo después de aquel sólido argumento del otrora inquilino de Los Pinos –ahora gagá, según la versión oficial–, prácticamente toda la propiedad de la nación está en manos privadas, pero no en todas, sino las pertenecientes a oligopolios y monopolios, a familias de abolengo y/o con los amigos políticos indicados en el momento preciso, a empresarios metidos a políticos, o viceversa. En el balance, pues, la venta de garaje ha sido rotundamente exitosa, para ellos.
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