viernes, 12 de junio de 2009

Priistas empanizadas

SARA LOVERA

MÉXICO, D.F., 11 de junio (apro).- Uno de los atributos de la democracia moderna es, sin duda, la participación política, que no se restringe a la emisión del voto ni a la militancia partidaria. Es, en su definición clásica, el interés genuino por la cosa pública.

En México, las mujeres feministas y otras con sentido común, mujeres de las organizaciones sociales, se constituyeron con éxito en masa crítica, a la que se refiere Carole Pateman cuando habla de ciudadanía incompleta en Perspectivas Feministas en Teoría Política.

Esa masa crítica es capaz de negociar cambios, crear instituciones y orientar políticas a favor de una causa. Las mujeres a las que me refiero tuvieron una ruta definida, claridad en el horizonte y un programa delineado desde los primeros años de la Revolución Mexicana. Sacrificaron, en parte, lo que hoy conocemos como autonomía y optaron por una estrategia de cuenta gotas.
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