Calderón es como Pedro Infante en A toda máquina, donde era el peligroso portador de una mala suerte superior que colmaba de salitre a todo aquel al que se le acercaba. Primero destruyó la meteórica carrera de su brother Germán Martínez y ahora también amenaza la del Nerdito Nava; después de llevar a los Pumas a Los Pinos, el equipo universitario juega igual que el América en los últimos cuatro torneos; y ahora, luego de felicitar a nuestro astronauta por haber escapado de México y llegar a la NASA, simplemente no puede despegar, ya sea por un inesperado mal tiempo, o unas válvulas que al parecer compraron en los deshuesaderos de la Buenos Aires. Y, bueno, del país ni hablamos pues, como bien se sabe, se encuentra en estado fallido por exceso de guanajuatización.
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