miércoles, 16 de septiembre de 2009

Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, durante la ceremonia conmemorativa por el CXCIX aniversario del inicio de la

Amigas, amigos:

Hoy conmemoramos el inicio del movimiento de Independencia Nacional
encabezado por esos dos curas rebeldes, extraordinarios, Miguel Hidalgo y
José María Morelos.

Los padres de la patria lucharon contra el colonialismo español pero
también, y de manera contundente, a favor de la igualdad y contra el
racismo y la explotación.

No olvidemos que Hidalgo proclamó la abolición de la esclavitud y en su
defensa, cuando lo acusaron de hereje, manifestó al pueblo que el Dios de
los opresores era el dinero. Morelos exigía, en su célebre documento “Los
Sentimientos de la Nación”, que no importara el color de la piel; que se
moderara la indigencia y la opulencia; que se elevara el salario del
pobre; que se educara al hijo del peón igual que al del más rico
hacendado; que hubiera un tribunal de justicia para defender al débil de
las arbitrariedades del fuerte, y que el poder dimanara del pueblo.

Por eso, en la víspera del bicentenario del Movimiento de Independencia,
más que el festejo frívolo al estilo porfirista, debemos refrendar el
compromiso de seguir luchando para hacer realidad los anhelos que dieron
origen a esa gran gesta histórica del pueblo y de sus dirigentes.

Lógicamente, ahora las condiciones son otras. No podemos negar los
avances; las generaciones que nos precedieron dieron continuidad a esa
lucha y ha habido otras dos importantes transformaciones: el movimiento de
Reforma y la Revolución de 1910.

Pero hoy en día siguen vigentes las demandas de libertad, justicia y
democracia: aunque con disimulo, actualmente sigue habiendo racismo,
discriminación, una profunda e infame desigualdad social, y la inmensa
mayoría de los mexicanos vive sometida por un grupo con intereses creados
que domina por encima de los ordenamientos constitucionales y por medio
del control y la manipulación a través de los medios de comunicación.

Esta mafia, que confiscó todos los poderes y actúa en los hechos como un
supremo poder oligárquico, ha venido imponiendo una política de pillaje,
de saqueo impune de las riquezas del pueblo y de la nación, y ha condenado
a la mayoría de los mexicanos al sufrimiento, a la sobrevivencia, al
destierro y a la inseguridad.

Por culpa de esta funesta camarilla, prevalece una esclavitud disfrazada:
unos pocos, que tienen mucho, mantienen en la opresión a muchos que tienen
poco. Éste es el fondo del asunto, ésta es la principal causa de la
tragedia nacional.

Sólo así se explica que en un país con tantos recursos naturales y con un
pueblo bueno, noble y trabajador, deba padecerse por el desempleo y la
pobreza y no se pueda vivir con alegría y bienestar, sin miedos ni
temores.

Pero lo peor de todo es que esta minoría que oprime al pueblo no está
dispuesta a ceder en nada: quiere llevar sus excesos al extremo, aunque
termine de arruinar a México. Ahora lo vemos de nueva cuenta: hay una
profunda crisis económica y de bienestar social, y en lugar de modificar
la política antipopular, esa minoría se empecina en profundizarla. Las
medidas dadas a conocer la semana pasada para supuestamente enfrentar la
crisis de las finanzas públicas, no son más que otra vuelta de tuerca para
seguir exprimiendo al pueblo.

Esta oligarquía, representada por Carlos Salinas, que es el que gobierna
de facto en México (porque a Calderón sólo lo tienen de monigote),
pretende aumentar todos los impuestos, inclusive crear impuestos nuevos y
seguir subiendo el precio de las gasolinas, el gas, el diesel y la energía
eléctrica.

Desde aquí les invito a que nos congreguemos el próximo lunes, en San
Lázaro, a las 5 de la tarde, para tratar este tema a profundidad, tomar
decisiones y presentar nuestra propuesta alternativa de Ley de Ingresos y
de Presupuesto.

Amigas y amigos:

Cada vez es más claro que los males que aquejan y atormentan a la nación
no podrán remediarse si no llevamos a cabo un verdadero cambio, una
renovación tajante de la vida pública; una transformación como la que
lograron los movimientos de Independencia y de Reforma, y como lo fue la
Revolución Mexicana. Esta transformación que necesita el país debe
conseguirse de manera pacífica, con mucho trabajo de orientación,
concientización y organización del pueblo.

Éste es el único camino para enfrentar la decadencia y lograr el
renacimiento de México. Y repito una vez más: Sólo el pueblo puede salvar
al pueblo; sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación.

Por eso hoy, en esta fecha histórica, convoco a todos los integrantes de
este movimiento, y a los hombres y las mujeres de buena voluntad,
decididos sinceramente a luchar por un verdadero cambio, a que juntos
llevemos a cabo, una campaña nacional de concientización que permita
despertar a quienes son engañados por la mayoría de los medios de
comunicación que sirven a la mafia del poder.

Esta campaña debe ir orientada a toda la población y particularmente a las
clases medias, que han sido las más manipuladas acerca de los propósitos
reales y sinceros de nuestro movimiento.

Liberemos con argumentos a los sometidos y a los engañados por los medios
de comunicación.

Demos respuesta a la mentira inducida de que todos los políticos son
iguales. Digamos con orgullo que nosotros no somos corruptos; que no
engañamos ni traicionamos al pueblo.

No permitamos que la gente caiga en el conformismo, la desesperanza o la
frustración, pensando que no hay salida. Sostengamos que sí se puede sacar
a México del atraso, de la corrupción y de la pobreza; que sí es posible
mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los mexicanos.

Debemos transmitir la certeza de que, juntos y organizados, podemos
derrotar a la oligarquía y hacer valer la democracia. Hay que decir con
firmeza y a los cuatro vientos que sí se puede tener un gobierno honesto,
un gobierno que distribuya con justicia los frutos del trabajo y de las
riquezas de México y que garantice el bienestar y la felicidad del pueblo.

Les propongo que cada uno de nosotros se comprometa a orientar y hacer
conciencia entre familiares, vecinos, conocidos, amigas, amigos,
compañeras y compañeros de trabajo.

Con este propósito, la comisión de difusión de nuestro movimiento ha
elaborado materiales que pueden ser utilizados y reproducidos de manera
inmediata. Estos materiales ya están en la página de Internet del Gobierno
Legítimo: www.gobiernolegitimo.org.mx

Amigas y amigos:

Estoy consciente de que esta campaña de concientización demandará mayores
esfuerzos, pero es indispensable y es nuestro deber. Además, es mucha la
satisfacción que produce luchar por causas justas. La felicidad no es la
codicia ni el individualismo, no es acaparar bienes materiales o riquezas;
no es el lujo barato, ni el triunfo a toda costa sin escrúpulos morales de
ninguna índole. La verdadera felicidad es estar bien con nuestras
conciencias, con nosotros mismos y con el prójimo.

No olvidemos que Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Villa, Zapata y los
hermanos Flores Magón, lo dieron todo por sus convicciones, por sus
ideales y por su profundo amor al pueblo. Les hablo así porque, como lo
han demostrado, al igual que muchos otros mexicanos, no se dejan engañar,
ni están dispuestos a claudicar o rendirse. Son hombres y mujeres
excepcionales que siempre estarán a la altura de las circunstancias. Por
eso les vuelvo a manifestar todo mi respeto y mi más profunda admiración.

Gracias, muchas gracias, por su dignidad, por su rebeldía, por su
perseverancia, por su necedad de no venderse.

Muchas gracias.