lunes, 23 de noviembre de 2009

Plan B

Lydia Cacho

Las machistas y la Iglesia

Ana Teresa Aranda es una de las mujeres panistas que mejor representan la política del machismo ultraconservador del siglo XX. Ella pertenece a la generación que recibió los frutos de la liberación de las mujeres en México y como resultado tiene voz pública. Voz que paradójicamente ha utilizado para promover la represión estudiantil y castigar a las mujeres por anhelar su libertad para decidir. Aliada a la Iglesia católica trabajó para evitar la educación sexual, el uso de anticonceptivos y condones y ha fustigado a las mujeres que quedan embarazadas y se ven obligadas a abortar, cuando ella y sus aliados han arrebatado la posibilidad de evitar esos embarazos.
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Plaza Pública

Miguel Angel Granados Chapa

Fin de una vida y una causa difícil

El jueves pasado se privó de la vida en su casa de la capital de Jalisco el rector depuesto de la Universidad de Guadalajara, Carlos Briceño Torres. Anteayer fue enterrado en el cementerio de La Barca, el lugar de su nacimiento, con honores rendidos por el ayuntamiento cuya mayoría es priísta, como lo fue el homenajeado.

En la víspera el gobernador panista Emilio González Márquez viajó a aquella ciudad a dar el pésame a la familia del funcionario que intentó en la calle y en los tribunales ser repuesto en el cargo del que lo destituyó el consejo universitario el 29 de agosto del año pasado.
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México SA

Carlos Fernández-Vega

¿Y el cambio?
Poderes confiscados

Estaba el despistado inquilino de Los Pinos duro que te dale con eso de que "ésta es y debe ser la hora del cambio para México", porque "ante problemas y desafíos se requieren cambios, cambios pacíficos, sí, pero cambios tan profundos, que tengan la intensidad misma de una revolución en su propio campo", de tal forma que "necesitamos que 2010 sea el año de la historia de México donde hubo un punto de cambio" para que sea "el año en que se dio un cambio pacífico y, a la vez, un cambio profundo y sustancial" (etcétera, etcétera), cuando de repente uno de sus ya pocos amigos le dijo al oído: “Jelipe, está muy emocionante el choro, pero ¿pa’ dónde el cambio? ¿Cuál es tu propuesta, tu proyecto? ¿Cambiar para dejar todo igual, como acostumbras?”
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