Aún no se puede decir “hace siglos”, hace apenas unos 70 años, el líquido maravilloso corría por valles y llanuras, bajaba de las montañas mansamente o con ensordecedor estruendo en las cataratas, atravesaba ciudades en mansos ríos, brillaba límpido en las acequias que circundaban huertos y hortalizas, colmaba las norias caseras en las rancherías y en los pueblos pequeños, ayudaba a “la madre tierra” a fecundar las semillas que en su seno caían... todo esto y más, muchísimo más, hasta inspirar a los poetas, como al que la llamó “hermana agua”. |