sábado, 17 de julio de 2010

El delfín de Calderón

Jesusa Cervantes

MÉXICO, D.F., 16 de julio (apro).- La tarde del pasado miércoles, Felipe Calderón Hinojosa dio el banderazo de salida a la carrera presidencial con miras al 2012. Por lo menos así interpretó la oposición los cambios anunciados en la Secretaría de Gobernación, la Oficina de la Presidencia y la Secretaría de Economía.

El mensaje entre líneas que vio el PRI, por ejemplo, fue que no sólo arrancó la carrera por la candidatura presidencial en el PAN sino, que además, al más viejo estilo priista, el presidente de la República extendió su manto protector a quien, en forma evidente, hizo saber que es “su” candidato: Ernesto Cordero.

En el PRD, más cauto, Alejandro Encinas, un político de izquierda caracterizado por su prudencia y certeros análisis, lanzó tres frases apenas se anunciaban los cambios: “Esto es parte del rejuego de la sucesión del 2012” y “se adelantó la sucesión”.

Desde la óptica del PRI, lo que sigue a cada frase de Encinas es, en el primer caso, que los cambios implican proteger al candidato de Calderón; el segundo significa dar el banderazo dos años antes.

Pero quién es el candidato del Ejecutivo según el PRI, pues Ernesto Cordero, el actual secretario de Hacienda. Y ¿por qué él?, pues porque se eliminó de la Oficina de la Presidencia a una mujer “incómoda”: Patricia Flores, quien desde su posición hizo mancuerda con algún subsecretario de Hacienda para impulsar como candidato a Alonso Lujambio, actual secretario de Educación Pública.
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