Jaime Avilés
Estudiantes de la Ibero protestan contra Enrique Peña Nieto, candidato presidencial del PRI, durante su visita de ayer al recinto universitarioFoto Guillermo Sologuren
Una cabeza de perro callejero –envuelta con una nota que decía:
Esto te va a pasar si nos sigues molestando– fue dejada antenoche en Guadalajara, a la puerta de la casa de Clemente Castañeda, coordinador de campaña de Enrique Alfaro Ramírez, aspirante al gobierno de Jalisco por la coalición Partido del Trabajo-Movimiento Ciudadano.
Vista con el mayor optimismo, la amenaza confirma el crecimiento del
ex alcalde de Tlajomulco de Zúñiga en las preferencias del electorado
jalisciense, a despecho del PRD estatal, que prefirió nominar a un
oscuro burócrata panista para dar por debajo del agua todo su apoyo al
abanderado del PRI, Aristóteles Sandoval Díaz, que se peina de copete
con gel, a imagen y semejanza de Enrique Peña Nieto.
Como presidente municipal de Tlajomulco, Enrique Alfaro –hombre corpulento y pelado al rape, que se jacta de no tener
un pelo de tonto– cosechó tantas simpatías que, a la hora de las definiciones, declaró que si lo vetaba el PRD iba a buscar la gubernatura de Jalisco por cualquier partido, y que esto no le impediría seguir impulsando la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
Hoy, Jalisco es uno de los estados donde las ideas, las propuestas y
la imagen del político tabasqueño empiezan a tomar la delantera respecto
a las de sus contrincantes del PAN y del PRI. Otras entidades que
registran fenómenos similares son Nuevo León, Hidalgo, Puebla y la
ciudad de México.
Sólo unos días después de las tumultuarias presentaciones de López Obrador en el Tec de Monterrey y en la ciudad hidalguense de Tulancingo, Cambio,
uno de los periódicos más tradicionales de Puebla, dio a conocer el
pasado miércoles una encuesta encabezada por AMLO con 24 por ciento de
las intenciones de voto, seguido por Josefina Vázquez Mota, con 20 por
ciento; Peña Nieto con 19 y Gabriel Quadri con apenas dos puntos.
A juzgar por la suma de hechos negativos en que se vieron implicados,
todo sugiere que para los tres candidatos de la derecha, la semana que
está a punto de concluir, es decir, la primera después del
debate, fue una de las peores en lo que va de sus respectivas campañas. Luego de brillar como el rey de los engañabobos, tras la elocuente exhibición de sus ideas fascistas, Quadri fue desenmascarado el martes como un farsante por los estudiantes de periodismo de la escuela Carlos Septién.
A una cuadra de las instalaciones de ese plantel, el político de Elba
Esther Gordillo, que habla pestes de los políticos, bajó del coche
blindado en que siempre se desplaza, escoltado por agentes del Estado
Mayor Presidencial, para sentarse al volante de
Ver mas sudestartalada Combi, a fin de llegar a la Septién manejándola como si realmente fuera un
ciudadanocomún y corriente y no un profesional del timo.
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