miércoles, 17 de octubre de 2012

#DesarrolloUrbano La industria del despojo POR ÁNGEL PLASCENCIA - Miércoles 17 de octubre de 2012 http://www.reporteindigo.com

Juicios interminables, prácticas de intimidación, daños irreparables al medio ambiente. Son las prácticas de los grupos que se dedican al despojo de tierras en Jalisco, apoyados por autoridades y criminales.
El desarrollo inmobiliario de Jalisco tiene un lado oscuro.
Detrás del crecimiento desmedido de fraccionamientos, las irregularidades en la tenencia de la tierra han generado conflictos serios entre particulares.
Zonas de alta plusvalía, como El Palomar y Bugambilias, son las más peleadas y donde se han realizado despojos.
Zapopan es uno de los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) más afectado por este tipo de problemas.
Pero también en la Ribera de Chapala se presentan conflictos entre particulares, donde recurrentemente sale a la luz el nombre de Armida de la Parra Chávez.
Pero dicha particular, quien tiene un largo listado de juicios penales en su contra por despojo de tierra, niega dedicarse al despojo, señala que ella pelea por lo que es suyo proveniente de su herencia paterna.
Y es que al igual que dos de sus denunciantes en el juzgado de Chapala con propiedades en Ajijic, De la Parra Chávez dice ser la dueña legítima de los predios de los que ahora tiene posesión.
Y tiene escrituras que acreditan su posesión, aunque los afectados dicen que en ambos casos se trata de escrituras falsas o alteradas para aumentar la extensión de los predios de De La Parra Chávez.
La duplicidad de los folios en los catastros municipales, la doble escrituración de una misma región, son sólo algunos de los errores del sistema registral de Jalisco.
Inconsistencias entre lo que está plasmado en escrituras y lo que está registrado en los sistemas del estado. 
Cambios que en el Ayuntamiento de Zapopan han sido reportados en dos ocasiones en los últimos años.
Porque en diciembre de 2010 el presidente del Consejo Ciudadano de Transparencia de Zapopan, Harold Dutton Treviño, denunció la alteración de cuentas en el catastro municipal a favor de la Inmobiliaria Inteligente y en perjuicio de una particular.
En 2011 también se reportó la desaparición de mil 938 expedientes del catastro de Zapopan y se denunció una mafia de corrupción en el Ayuntamiento que data de 1998.
Luego de esta revisión se encontró que tres empleados del área de Valuación y Cartografía fueron los responsables.
Sus nombres son José Arturo Zambrano Zepeda, Martín Alvarado Sandoval e Ignacio Venegas Mandujano, y fueron denunciados por el Ayuntamiento.
Pero si esta mafia en las áreas de catastro de Zapopan alteró expedientes desde 1998 y hasta 2011 fue detectada, apenas se puede vislumbrar la magnitud del problema.
Se trata de un negocio ilegal que afecta principalmente a trabajadores retirados o a familias que recibieron por herencia un bien inmueble.
Y es que según refieren abogados y empleados de los tribunales consultados, el despojo de tierras en Jalisco es una “industria del  litigio,  más que un arte de la estafa”.
Hay al menos tres factores que permiten el desarrollo de esta industria del despojo: un marco legal laxo en materia de despojo de inmueble que no considera al mismo como un delito grave, la corrupción de notarios y sobre todo la de empleados de los catastros.
Porque en estos registros existe información de alto valor, como la referente a predios abandonados. 
La prolongación de los juicios civiles hasta por 10 años es la apuesta de muchos de estos grupos, que se dedican a invadir predios que tienen inconsistencias en las escrituras o muestran un evidente abandono.
Y es que en el estado desde hace mucho tiempo no existe certeza jurídica sobre la propiedad de la tierra.
“A como está ahorita el delito de despojo, con la gravedad que es –porque sí estás hablando de mucho dinero y de terrenos que pueden valer una fortuna- no es un delito grave”, indicó John Brennan, litigante de uno de los casos de Chapala.
Con el tiempo estas mafias se han buscado técnicas para avalar legalmente el robo a los dueños legítimos.
El modus operandi no es tan simple.
Pero sobre los intereses de estos grupos, subsiste una realidad poco alentadora: un sistema legal y administrativo entorno a la posesión de tierras que tiene serios defectos  y permiten la corrupción de notarios y funcionarios de la justicia.
De hecho en Zapopan es recurrente que escrituras donde hay litigios hayan sido avaladas por quien fuera el notario 60, Conrado Cevallos Ponce.
Dicho fedatario fue encontrado muerto en octubre de 2007 en su casa, tras –según la versión de las autoridades- haberse suicidado.
El nombre de Cevallos Ponce aparece en escrituras de predios en disputa.
Y es que según varios denunciantes de despojo -como los doctores del Colegio de Pediatría que tienen varios juicios contra Armida de la Parra- los fraudes se concretan con escrituras oficiales, pero de predios que no están correctamente ubicados.
Por ejemplo, en casos reportados en Bugambilias y El Palomar, donde se relaciona a los hijos del capo del cártel de Sinaloa, Juan José Esparragoza Gastelum “El Azul”, se dice que se usan escrituras de dos cascos de hacienda que estaban ahí ubicadas.
Con papeles de Hacienda La Calerilla o Hacienda de Santa Ana Tepetitlán, los grupos toman posesión de los terrenos, aunque no estén dentro del polígono del casco.
Y es que luego de la Reforma Agraria de Lázaro Cárdenas, los cascos de las haciendas quedaron delimitados por la repartición de las tierras a los ejidatarios.
Pero con un sistema actual de tenencia de la tierra tan endeble, se pueden usar estos papeles con un antecedente más antiguo que los de los dueños que compraron a ejidatarios.
Y esa es solo una de las formas del despojo.
Porque los cerca de 30 grupos que refieren empleados de tribunales locales que se dedican a este delito, tienen diversos modus operandi donde la justicia juega a su favor por la imposibilidad de comprobar legalmente un despojo.
Por el contrario, cuando alguien denuncia despojo resulta contraproducente, pues al no acreditar con pruebas suficientes su acusación, la resolución del juez en favor de los que despojan les sirve a estas mafias para justificar y alargar el juicio civil.
Ribera de Chapala, tierra codiciada
Lomas de Chapinaya es una exclusiva terraza de eventos de Armida de la Parra Chávez, uno de los personajes con más acusaciones de despojo en su contra.
En ella se celebran bodas y eventos sociales. Su ubicación especial brinda al visitante una vista casi completa del Lago de Chapala, pues se encuentra en una loma a unos metros de la carretera de Ajijic.
Al lado de la propiedad está la casa de retiro del estadounidense Calvin Charles Westmoreland.
En 2006 Charles Westmoreland adquirió el predio denomidado La Estrellita.
John Brenan, el abogado del estadounidense, explica cómo se dio el despojo que denunció su cliente: “ella, para ampliar o construir un tipo de baños, despojó parte del terreno al dueño que le compra mi cliente.
“Después de que eso sucede Armida empezó a meter camiones y maquinaria para efecto de empezar a sustraer terrenos (balastre) sin preguntarle a nadie, sin permiso. Jamás exhibió un permiso de Semades, jamás expidió un permiso del Ayuntamiento”.
El daño al que refiere el abogado Brenan se realizó en una loma en la parte de arriba de la propiedad de su cliente, que fue desgajada y que causó un daño ecológico valuado en 3 millones de pesos.
Por violar sellos de clausura, De la Parra Chávez terminó en la cárcel, a pesar de que el magistrado fue su “compañero de generación” según refirió la propia acusada.
Finalmente logró la libertad bajo fianza.
Pero cuando se le pregunta porqué tiene un expediente tan largo de asuntos vinculados al despojo de tierra, ella simplemente indica que le ha tocado mala suerte.
Y es que ha habido tantos juicios contra De la Parra Chávez desde 1996, que lo excepcional son los años en los que no tiene asuntos, como 1997.
Porque de entonces a la fecha, cada año, tiene más de una decena de juicios de distintas personas físicas y morales en su contra.
Pero al pedirle su versión, luego de  que llegó durante la grabación de una entrevista con Charles Westmoreland en el terreno en disputa, la acusada insistió: “los asuntos se ganan en los tribunales, no en los periódicos”.
“¿Porqué será que mucha gente le llama ladrona?”, la cuestiona Martha Elena Benavides Hernández, esposa de Charles Westmoreland.“A eso es a lo que se atienen este tipo de gente: desgastan a sus víctimas. Porque quien se ve afectado, aparte de lo que pierde en terreno, pues hay que meterle dinero para un juicio largo”, indica Brennan respecto a los asuntos contra Armida de la Parra.
Brennan acusa a De la Parra de estar relacionada con el grupo de Los Huizapoles, conformado por la familia Ceja de la Ribera de Chapala, según el abogado ellos son los que invaden los terrenos para tener la posesión.
Incluso señala en las denuncias a Jorge Ceja Álvarez, de quien dice forma parte del grupo que trabaja con De la Parra.
“Sí es un modus operandi, digo, la señora es famosa en la Ribera de Chapala por dedicarse a ésto y no nomás son afectados mis clientes, hay mucha gente aquí que está afectada.
“Había una denuncia anterior a la nuestra en el Juzgado Penal de Chapala por el mismo delito en contra de la misma inculpada, entonces conforme al Código Penal acumularon mi expediente a otro para efecto de que se resolviera una misma sentencia por ser delitos relacionados”.
El segundo  caso relacionado al que se refirió Brennan es el de Pedro Colignon, quien denunció a Armida de la Parra por despojo en un terreno también cercano a la carretera de Ajijic llamado El Rancho del Oro.
Pero Armida de la Parra niega todas las imputaciones alegando que sus padres le testaron muchos bienes inmuebles.
Indica que lamentablemente le han tocado vecinos con escrituras emproblemadas que se quieren adueñar de lo suyo, a pesar de que las denuncias penales por despojo las han interpuesto varios particulares en su contra, y ella no ha puesto ninguna denunciando este delito.
Incluso al ser cuestionada sobre los demás asuntos, entre los que se incluye el de los terrenos del Colegio de Pediatras en Zapopan -donde también fue denunciada por despojo- sorprende que aunque en este es litigante, el expediente es muy similar a los de Chapala.
El Colegio de Pediatría
En el caso de los terrenos del Colegio de Pediatría de Jalisco ubicados en Zapopan en Mariano Otero y Periférico Sur, los médicos se quejan de que De la Parra invadió un lote de 11 mil metros cuadrados.
Aunque las escrituras están a nombre de Rosario del Puente, Armida de la Parra lleva el caso como propio. Actualmente dice que ya no litiga.
En este expediente sale el nombre del notario 60 Conrado Cevallos, pues él registró las propiedades que presuntamente vendió Gustavo Lomelín Guerrero a Del Puente. Éste a su vez las heredó de su abuelo Alejandro Jacobo Lomelín.
De la Parra indica que las escrituras son legítimas y que de hecho el abuelo del vendedor de su clienta era propietario de varios terrenos en la zona, debido a que era el dueño del rancho La Lomita de alrededor de 6 mil metros.
Llama la atención la similitud con los expedientes de denuncias por despojo en Bugambilias y El Palomar.
Con una escritura de hacienda, de repente las propiedades se multiplican.
El abogado del Colegio de Pediatría, Agustín Nieves, dice que el polígono de las escrituras de De la Parra “no tiene lógica” y que en 2004 ella realizó una falsificación de la clave catastral de su cliente.
Por su parte, Armida los acusa a ellos de lo mismo: de haber “encimado” su clave sobre la de su clienta.
En cualquiera de los casos, la evidencia es que en el Catastro de Zapopan existen serios problemas de corrupción.
El hijo de Armida de la Parra, Fernando Espinosa de los Monteros De la Parra, fue director del Catastro de Zapopan durante dos meses, antes de la salida de Héctor Vielma, e indica que no tiene nada que ver con los asuntos de su madre.
Pero los agraviados señalan que ese tiempo habría sido suficiente para hacer modificaciones que favorecieran a su madre.
A la boda de la hija de De la Parra asistieron Elba Esther Gordillo, Liébano Sáenz y ex gobernadores priistas, pero ella dice no tener influencias en la política, ni con notarios o jueces.
Su ex esposo es Fernando Espinosa de los Monteros, un académico de la Universidad de Guadalajara que fue candidato al Gobierno de Jalisco por el Partido Nueva Alianza. De ahí que los invitados a la boda de su hija estuvieran vinculados con la política.
Dice que sus amistades en los tribunales se deben a que se graduó en una generación donde había muchos de ellos.
De la Parra insiste en que estas amistades no le han servido para verse beneficiada, por el contrario, señala que varios de ellos le “sacan la vuelta” porque le han dicho: “nos dan miedo tus asuntos”.
La versión de la acusada
Armida de la Parra Chávez dice que todos los juicios penales en su contra se han resuelto de forma favorable a ella, porque tiene la razón.
Dice que las escrituras que ella tiene de varias tierras en Chapala, son de sus padres y datan de los 70.
En los tres casos -el del Colegio de Pediatría de Jalisco y los dos de Chapala- dice que los que la acusan de despojo, fueron en realidad los que invadieron sus predios.
A pesar de que los denunciantes iniciaron los juicios penales porque De la Parra tomó la posesión de los terrenos de forma ilegal, ella indica que siempre la ha tenido en todos los casos.
Aunque en su versión reconoce que predios como el que denuncia el Colegio de Pediatría de Jalisco “eran un basurero”.
Ella insiste en que en la “segunda instancia” se resuelven sus asuntos. Refiere que lo importante es que ella tiene los “actos posesorios” o la posesión de los terrenos  en todos los casos.
Pero luego se contradice cuando indica: “una cosa es tener y otra cosa es ser el dueño”. 
En el caso del Colegio de Pediatría de Jalisco incluso implica en el despojo del que ella se dice víctima, al secretario General de Gobierno durante la administración de Francisco Ramirez Acuña, Héctor Pérez Plazola.
Dice que actuó la maquinaria estatal en su contra, pero con todo y eso ganó el juicio.
De la Parra se asegura de tener la posesión de los que reclama como sus terrenos, “yo soy así , ya no me sacan del terreno”.



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