lunes, 15 de octubre de 2012

Enigmas del Nobel chino Mo Yan ROBERTO PONCE 15 DE OCTUBRE DE 2012

Prácticamente desconocido en América Latina (de no ser por la versión cinematográfica de su novela Sorgo rojo), el nuevo Nobel de Literatura es “traducido” a los lectores de Proceso por la especialista en literatura, cultura y lengua chinas, la investigadora de El Colegio de México Liljana Arsovska, nacida en Macedonia. En este verano reciente, la también catedrática participó en un evento en Beijing, donde la figura central fue el narrador, y cuenta su encuentro con él.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Más allá del ámbito académico, las novelas y los relatos del escritor chino de 57 años Mo Yan, declarado el jueves 11 Premio Nobel de Literatura 2012 en Estocolmo, son un enigma para los lectores de América Latina.
Perteneciente a una generación de autores cuyo éxito literario ha gozado del impulso oficial en la República Popular China, sobre todo a partir de las últimas dos décadas, la producción narrativa de Mo Yan simplemente brilla por su ausencia en las librerías mexicanas.
Apenas un racimo de novelas suyas se ha traducido desde hace un lustro pero sólo en España, la mayoría por la diminuta editorial madrileña Kailas fundada hace siete años: Grandes pechos y amplias caderas, Las baladas del ajo, La vida y la muerte me están desgastando, Shifu haría cualquier cosa por divertirte, La república del vino y Rana.
Otra, Sorgo rojo, escrita a mediados de los ochenta, alcanzó popularidad en Occidente gracias a la adaptación cinematográfica del director Zhang Yimou cuando en 1988 se llevó el máximo galardón en el Festival Fílmico Internacional de Berlín, publicándose cuatro años más tarde una versión del inglés al español de esa novela, la segunda de Mo Yan en la editorial catalana Muchnik.
Esto explica parcialmente el desconocimiento del Nobel chino este año en ámbitos intelectuales latinoamericanos, donde casi nadie sabía de él; por ejemplo, en México poetas como José Emilio Pacheco o Vicente Quirarte y la escritora Margo Glantz confesaron no haberlo leído.
Incluso algunos medios dieron a conocer la noticia cual si Mo Yan tuviera afinidad con el disidente chino Gao Xingjiang, escritor ampliamente conocido en Europa durante el cambio de siglo y a quien la Academia Sueca había otorgado el Nobel de Literatura 2000. Noticieros Televisa cabeceó por internet, así: “Mo Yan, el escritor prohibido en China” (http://noticierostelevisa.esmas.com/especiales/511210/mo-yan-escritor-prohibido-china/).
En su cubículo del Centro de Estudios de Asia y África en El Colegio de México, la investigadora y catedrática Liljana Arsovska, nacida en Macedonia, autora de varios volúmenes sobre literatura, cultura y lengua china, lamenta:
“Es realmente muy triste lo que dice ahí, y demuestra que aquí en México casi ni conocemos su nombre… Yo soy una amante de la cultura china y estoy profundamente honrada por poder decirle que lo conocí en persona durante mi estancia de un mes en la República Popular China durante un evento que se llamó La promoción de la Literatura Contemporánea China en el área Hispanohablante y el invitado de honor fue el señor Mo Yan, una persona de enorme peso dentro del gremio de escritores chinos.”
–¿Cómo es él?
–Es una persona muy sencilla. Compartí con él tres días y créame que en verdad yo lo acosaba…
“Textualmente lo acosaba –ríe– porque me sentía muy honrada de poder conocerlo y por escuchar todo lo que él tenía que decir. Es una persona muy culta y socialmente consciente; un hombre que ha escrito lo que siente. Personalmente yo creo, aunque sus novelas tal vez digan lo contrario, que no es un escritor regionalista. Toda su inspiración sale de su pueblo natal que se encuentra en la provincia donde nació el gran Confucio, donde Mo Yang se crió en el seno de una familia campesina y de ahí brota su inspiración; pero finalmente el modo narrativo de Mo Yan vuelve esta experiencia regional en una vivencia universalmente china.
“Mo Yan está lleno de sátira, de humor negro, de sarcasmo. Mo Yan no genera personajes perfectos, ni positivos ni negativos; él genera seres humanos tal y como son. Y admite incluso la influencia de la literatura occidental; también que Gabriel García Márquez fue su inspiración. Maneja el símbolo y la realidad, por lo cual me ha gustado mucho y, por supuesto, es un representante muy digno de la actual literatura china. Pero es un escritor muy crítico de la realidad, pues ¿qué gran literatura no contiene una carga de cuestionamiento social?”
Relata que a aquel encuentro convocado en verano por la editora Cinco Continentes, de Beijing, acudieron también latinoamericanos y españoles de muy alto nivel, como gente de Editorial Planeta y la directora editorial de Kailas, “que tiene los derechos de la obra de Mo Yan y aproveché para reclamarles”.
–¿Reclamarles?
–Mi reclamo fue vertido en varias direcciones, primero por la falta de difusión sobre las traducciones que existen en España de Mo Yan en Latinoamérica; pero también de otros literatos chinos y para otra parte que no sea España, donde estamos hablando de unos 40 millones, mientras aquí en América Latina somos unos 500 millones, ¿porqué no tener acceso a estos lectores acá?
“Mi reclamo aparte fue en cuanto a neutralizar las traducciones literarias que en general ellos hacen en España, porque a mí no me apetece mucho leer una traducción sumamente castellanizada o españolizada del chino.
Fue realmente un reclamo, les pedí disculpas y les dije: ‘Señores, dos cosas: no se vale hacer las traducciones sin compartirlas, y dos, si hay las traducciones de España, en El Colegio de México existimos lingüistas de primer nivel que podemos neutralizar el enorme peso de lo que yo llamaría casi un dialecto, el castellano de España, para hacerlo accesible y darle el valor que posee entre lectores de América Latina’.”
Los españoles de Kailas, agrega, “obviamente se medio rieron, pero no comentaron nada”, y según Arsovska logró “algo muy importante: que los chinos sepan que el español no es uno solamente, sino muchos”.
A raíz de su reclamo, los organizadores chinos decidieron financiar un proyecto que a lo largo de 20 años se dedicará “a la traducción sistemática de la literatura contemporánea china en el habla hispana de Latinoamérica”.
Una primera antología de novela contemporánea china está a punto de salir publicada por el Colmex, fruto de su trabajo de un seminario de traducción, la cual espera presentar en la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara, anuncia Arsovska.
“Se intitula Antología de novelas contemporáneas chinas y fue realizada por mí con mis estudiantes mexicanos y chinos que estuvieron en estancias cortas o medianas como investigadores en el Colmex, hispanohablantes con los cuales organizamos un precioso seminario de traducción que duró seis años, cuyo resultado fueron 20 novelas cortas o medianas vertidas al español, que van a formar dicha antología en proceso de publicación.
“Y a su vez, en la FIL de Guadalajara, donde van a estar los chinos promotores de aquel proyecto magno de la reunión de Beijing, en noviembre vamos a presentar también la primera antología selecta de escritores contemporáneos con tres cuentos que yo traduje para Cinco Continentes.
“De tal modo que muy pronto vamos a poder leer a los autores chinos contemporáneos en traducciones hechas en México con el español de México, lo cual para mí es muy importante, y en este sentido considero que haberle otorgado el Premio Nobel 2012 al señor Mo Yan nos dará un excelente abrigo, digamos. Yo estoy segura que Kailas, que tiene los derechos para España y no sé si sólo sea España o del mundo hispano, va a aprovechar la FIL para hacer una muy gran promoción de todo esto.”
Recientemente, Seix Barral anunció la próxima edición de otra novela del Nobel chino, Cambios.
–¿Qué novelas de Mo Yan destacaría?
–Seguramente está usted familiarizado con Sorgo rojo que es una cinta que la habremos de ver pronto sin duda alguna por Canal 22…
“Está basada en una novela de Mo Yan que se llama La familia del sorgo rojo, la primera novela que fue un boom y trascendió en China por medio de la película. En su narración Mo Yan habla en primera persona, el yo en lugar de su pueblo natal, la ciudad de Gaomi en la provincia de Shandong, al este de China, y de ahí trata varias décadas de la historia de China trascendiendo varios periodos históricos.
“Otra novela de Mo Yan que en el original chino sería La pena… o El llanto… o El grito penoso del sándalo, parte de su terruño natal e igual narra la realidad china trascendiendo periodos históricos, aunque no podemos llamarlas novelas históricas. En España tuvo gran resonancia Pechos grandes, caderas anchas, editada por Kailas, donde él toma el pretexto de narrar la vida personal para finalmente abordar la existencia colectiva de un pueblo.
“Pero yo le confieso, sinceramente, que no tengo ningún autor chino que sea mi especialidad, porque trato de abrazar esta idea de que como en México se conoce tan poco de la cultura china, entonces he optado por desarrollar la misma labor de la antología que fue trabajar con varios escritores para dar varias ventanas de China a México.”
Mo Yan, al conocer que la Academia Sueca le había asignado el Nobel, declaró a los periodistas:
“Estoy muy sorprendido por ganar el premio porque pensaba que no era muy importante en términos de calificación (entre los escritores chinos). Existen muchos buenos escritores y mi clasificación no es tan alta.”
Pero lo cierto es que conforme avanzaba el jurado del Nobel de Literatura en sus deliberaciones “a puerta cerrada”, la prensa sueca fue “eliminando” a supuestos “candidatos” (como el cantautor estadunidense Bob Dylan), y advirtió que el premio se otorgaría “a algún escritor asiático”, dejando como favoritos al japonés Haruki Murakami de 63 años de edad, autor de Pinball (1973), y al eventual triunfador.
Sin mayor protocolo, el historiador Peter Englund, secretario permanente del Premio Nobel de Literatura, ofreció un escueto veredicto a favor del chino “que con realismo alucinatorio une cuento, historia y lo contemporáneo”, para después expresar al diario The Local, en inglés:
“Diría que fue una decisión fácil, si bien estas cuestiones son en cierto modo complicadas. Sin embargo, así es siempre. Usted tiene a cinco autores, a menudo escribiendo en diferentes géneros y estilos. Por lo tanto diría que es complicado, pero no difícil. Una de las cosas especiales del ganador este año es que desde su visión interna nos muestra un mundo al cual la mayoría de nosotros no tenemos acceso.”
A quienes no han leído nada de Mo Yan les recomendó comenzar con su novela de 1993 Las baladas del ajo.
“Usted debe leerlo cuando esté lista para enfrentar un mundo completamente nuevo, habitado por gente nueva y mostrando nuevos senderos para ver nuestro mundo”, dijo a la reportera Rebecca Martin.


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