martes, 2 de diciembre de 2008

El gobierno del PAN es totalmente falacio



CALDERÓN: PARTIDO DE ENVIDIOSOS, MEZQUINOS Y RUINES

POR ABRAHAM GARCÍA IBARRA

De cómo los acusadores de ayer beben por ósmosis los vicios de sus acusados
de entonces, y todos terminan cínicamente en amorosa simbiosis

Espurio: condición de bastardo. En sentido figurado: falso.

Falacia: Hábito de engañar.

El 1 de diciembre se cumplen 20 años del asalto al poder presidencial por Carlos Salinas de Gortari (PRI), y dos de la instalación del presidente designado Felipe Calderón Hinojosa (PAN). A Salinas de Gortari se le identificó como "el presidente de la crisis" (político-económica). A Calderón Hinojosa se le codifica como "el presidente de la continuidad". El proceso de calificación por el que Salinas de Gortari fue declarado en septiembre de 1988 Presidente de los Estados Unidos Mexicanos por el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados de la LIV Legislatura federal, fue tipificado como un golpe de Estado técnico por el eminente constitucionalista don Antonio Martínez Báez, casualmente miembro de la bancada del PRI en aquel Colegio Electoral. Sin embargo, Salinas de Gortari armó su toma de posesión en el Palacio Legislativo de San Lázaro con un despliegue espectacular de testigos nacionales e internacionales, incluyendo -por primera vez en el periodo postrevolucionario-, en un acto de esa naturaleza, con un Estado laico en el centro de gravedad, a la más conspicua representación de la iglesia romana. Calderón Hinojosa fue calificado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuyos magistrados reconocieron transgresiones al código electoral cuyo impacto en los resultados comiciales "no pudieron" ponderar pero en cambio, sí pretendieron hacer valer el fútil argumento de que a Andrés Manuel López Obrador le perjudicó -¿de cuánto fue el perjuicio? Tampoco lo tasaron- en el ánimo del electorado, su ausencia en un debate entre candidatos presidenciales. Calderón Hinojosa entró al salón de plenos del recinto legislativo, a rendir protesta, por un improvisado túnel trasero bajo la mirada de invitados más morbosos que preocupados por el espectáculo. A seis meses de instalado Calderón Hinojosa, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en retiro, don Juventino V. Castro Castro escribió que, si el michoacano se instaló bajo cobijo del Ejército, era previsible que trataría de gobernar al amparo de las Fuerzas Armadas.
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