miércoles, 18 de marzo de 2009

Discurso del Presidente legitimo en el Acto conmemorativo por el LXXI Aniversario de la Expropiación Petrolera

Ni ocupación ni intervencionismo, México es una nación libre, soberana e independiente, declara López Obrador


Miércoles 18 de marzo de 2009



* Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, durante la ceremonia conmemorativa por el LXXI aniversario de la Expropiación Petrolera, en el monumento al general Lázaro Cárdenas del Río

Amigas y amigos:

Nos congregamos para conmemorar la gesta histórica de la expropiación petrolera y rendir homenaje a un presidente patriota, el general Lázaro Cárdenas del Río.

Un día como hoy, hace 71 años, se llevó a cabo el acto de reafirmación de nuestra soberanía nacional más importante del siglo XX. La expropiación petrolera es comparable a lo que en su tiempo y circunstancia significaron el movimiento de Independencia nacional y el triunfo de la República sobre la reacción conservadora y el Imperio francés.

Por eso estamos aquí, para decirles a quienes pretenden regresar la industria petrolera a particulares, nacionales y extranjeros, que no lo permitiremos bajo ninguna circunstancia, que estamos dispuestos a seguir defendiendo con determinación y firmeza el patrimonio de todos los mexicanos.

El año pasado, con el apoyo y la movilización del pueblo y con las brigadas en defensa del petróleo, pudimos frenar el propósito de la derecha –entiéndase de la oligarquía, de Calderón y de las cúpulas del PRI y del PAN– de reformar las leyes para entregar la refinación, el transporte, los ductos y el almacenamiento de petrolíferos a particulares, sobre todo a extranjeros.

Pero como es comprensible, esta lucha aún no termina. El petróleo es una gran tentación y es mucha la codicia y el acecho de las minorías rapaces.

Desde mi punto de vista, en esta nueva etapa debemos orientar el movimiento en defensa del petróleo hacia tres propósitos fundamentales: Evitar que se otorguen concesiones a empresas petroleras nacionales o extranjeras para explorar y explotar nuestro petróleo en áreas exclusivas del territorio nacional; combatir la gran corrupción que existe en Pemex y en la Comisión Federal de Electricidad; y lograr que el petróleo deje de exportarse como materia prima y sea utilizado internamente para la elaboración de gasolinas, diesel y productos petroquímicos, así como para generar empleos y favorecer la industrialización del país.


1. Hace apenas un mes, el 18 de febrero pasado, Pemex anunció que había dividido el yacimiento de Chicontepec, Veracruz, en ocho áreas o tramos, para entregar contratos en exclusiva a empresas extranjeras. Esta decisión viola, a todas luces, el espíritu y la letra del artículo 27 constitucional. Por eso nos opondremos por la vía jurídica y con acciones de resistencia civil pacífica.

Debemos recordar que aunque este procedimiento no está permitido en la Constitución, en la reciente reforma al marco legal en materia de petróleo, los legisladores del PRI y del PAN se opusieron a que se prohibiera de manera expresa la asignación a compañías nacionales o extranjeras, de bloques o áreas del territorio o de las aguas nacionales para la exploración y la producción de hidrocarburos.

De modo que se mantiene la intención del gobierno usurpador de dividir el territorio petrolero en lotes y entregarlos en exclusiva a empresas petroleras particulares, mediante contratos de servicios con duración de 25 años y con incentivos económicos especiales.

Para tener una idea más precisa de lo que quieren hacer, es cosa de revisar el mapa de explotación de petróleo y gas de los Estados Unidos de Norteamérica, y constatar que todo el Golfo de México del lado estadounidense, está cuadriculado y repartido entre las principales petroleras del mundo. Y esto es lo que buscan imitar los promotores de este plan entreguista. Quieren anexarnos con el asunto del petróleo, pero no estamos dispuestos a dar cabida a este intervencionismo. No aceptamos ninguna ocupación de nuestro territorio. México debe seguir siendo un país libre, independiente y soberano. Una y otra vez decimos: No queremos convertirnos en colonia.

2. Otra razón para continuar nuestra lucha en defensa del petróleo, es la descarada corrupción que existe en Petróleos Mexicanos. Esta empresa del pueblo y de la nación sigue siendo saqueada impunemente por contratistas y funcionarios públicos. Los casos de corrupción saltan a la vista y están plenamente documentados: el contrato que entregó Felipe Calderón en 2003, siendo secretario de Energía, a la empresa Repsol de España, por 2 mil 437 millones de dólares, para explotar yacimientos de gas en la Cuenca de Burgos, no ha dado resultados favorables a la nación, sólo ha beneficiado a esta empresa extranjera mediante el cobro de sobreprecios en equipos y servicios de mantenimiento. Es más: Hace poco, Repsol dio por cancelado dicho contrato sin cumplir con los compromisos de producción y se llevó mucho dinero del presupuesto. Es nuestro deber exigir que se investigue esta operación fraudulenta que supone un cuantioso daño patrimonial al erario público.

Lo mismo puede decirse de los contratos que Pemex otorgó precisamente en Chicontepec a las empresas Schlumberger y Halliburton para la perforación de 300 pozos petroleros que prácticamente no incrementaron la producción, pero sí significaron erogaciones millonarias en beneficio de estas dos compañías extranjeras. Inclusive, Pemex anunció recientemente que volverá a otorgar nuevos contratos en esa zona a las mismas empresas. En suma, Burgos y Chicontepec han resultado un magnífico negocio para los contratistas, pero un evidente y descarado fraude a la nación.

Ha llegado a tanto el cinismo y la corrupción en Pemex, que hace unos días a la empresa Mexssub se le otorgó un contrato por mil 300 millones de dólares para el mantenimiento de ductos, y en esta compañía, en 2005, trabajaba como consultor el actual director de Pemex, Jesús Reyes Heroles hijo.

3. Tenemos que seguir luchando hasta desechar por completo la actual política petrolera que consiste, básicamente en sobreexplotar los yacimientos de hidrocarburos para vender petróleo crudo al extranjero.

Recordemos que el general Cárdenas consideraba que México, después de la expropiación, no debía volver a ser exportador de petróleo y que esta materia prima tenía que utilizarse racionalmente para el desarrollo del país. Hay que decir que este criterio prevaleció, con altas y bajas, durante mucho tiempo. Es hasta el gobierno de López Portillo, cuando se decidió, irresponsablemente, vincular en forma directa la explotación del petróleo y del gas al mercado internacional. En ese entonces, el ingeniero Heberto Castillo, principal opositor de esa política, sostenía que lo más inteligente era volver al espíritu cardenista de dedicar la producción nacional al consumo interno. Más de una vez insistió en que era inaceptable y equivocado pensar que exportando petróleo se sacaría al país del subdesarrollo.

A partir de 1983, con la adopción de la política neoliberal, se terminó de sujetar al sector energético a los intereses foráneos y, actualmente, lo único que importa es vender petróleo crudo en el extranjero, haciendo a un lado la exploración de nuevos yacimientos y, sobre todo, dejando en el abandono la refinación y la industria petroquímica.

Esto nos ha llevado a una gravísima situación de dependencia. Estamos comprando en el exterior casi la mitad de la gasolina que consumimos, el 18 por ciento del diesel, el 15 por ciento del gas LP y el 15 por ciento del gas natural. A consecuencia de esta absurda política, el año pasado se destinaron a la compra de derivados del petróleo 30 mil millones de dólares, dinero que podría estarse invirtiendo en la modernización del sector energético para generar empleos en el país y fomentar las actividades productivas.

En suma, tenemos que seguir luchando para cambiar la actual política energética que ha resultado un verdadero desastre.


Amigas y amigos:

Hoy por la mañana, el presidente espurio Felipe Calderón, de manera demagógica volvió a anunciar que se va a construir una refinería. Aunque todavía ni siquiera ha decidido en donde hacerla. A ese paso, puede que ocurra lo de Fox, que sólo se quedó en el anuncio de que iba a construir una refinería en Centroamérica. Aquí sólo recuerdo que si no nos hubieran robado la Presidencia de la República, ya estarían terminadas las tres refinerías que necesita el país para dejar de comprar la gasolina en el extranjero.

Al bueno para nada de Calderón, también se le olvidó decir que en los últimos dos años se ha triplicado el valor de las importaciones de petrolíferos.

No mencionó, como siempre, la palabra corrupción, pero tampoco dijo que en el tiempo que lleva mal gobernando, todos los excedentes por precios altos del petróleo los ha dedicado a incrementar el gasto corriente y, en particular, a mantener los privilegios de los altos funcionarios públicos. Y como es obvio, tampoco va a reconocer que ha perdido el tiempo sin hacer absolutamente nada en beneficio de la industria petrolera; que dejó pasar la oportunidad de aprovechar los precios altos del petróleo, que difícilmente se volverá a presentar para fortalecer la actividad productiva y crear empleos. Y por eso, la crisis nos está golpeando más de la cuenta, porque tenemos una economía muy debilitada y totalmente dependiente del exterior.

Amigas y amigos:

Hagamos el compromiso de convertir la defensa del petróleo en una lucha permanente. Sigamos adelante hasta que se aleje para siempre el peligro de la privatización; hasta que se acabe con la corrupción en Pemex; hasta impedir que empresas o gobiernos extranjeros se apropien de los beneficios de nuestros recursos naturales; hasta aprovechar los hidrocarburos de manera racional y utilizar fuentes alternativas de energía; y hasta que se convierta al sector energético, en su conjunto, en palanca del desarrollo nacional.

Amigas y amigos:

Les recuerdo que el domingo próximo celebraremos en el zócalo de la ciudad de México, a las diez de la mañana, nuestra asamblea nacional en defensa de la economía popular. Así como defendimos el petróleo el año pasado y lo seguiremos haciendo, ahora ante la crisis que está afectando a millones de mexicanos, tenemos también que utilizar la fuerza de nuestro movimiento para proteger al pueblo y exigir que el presupuesto público se oriente en su beneficio y no siga siendo acaparado por especuladores financieros y grandes empresarios.

Les pido, de manera especial, que nos ayuden a invitar a la gente a esta importante asamblea. Nos vemos el domingo en el zócalo. Son muchas las tareas que tenemos por delante, pero no dejemos de pensar que todo este esfuerzo, es por el bien del pueblo y de nuestra querida patria.

¡Viva el movimiento en defensa del petróleo!

¡Viva la resistencia civil pacífica!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!