lunes, 8 de junio de 2009

La dictadura que viene

Hermann Bellinghausen

Las recientes andanzas del otrora sartrecillo valiente, Mario Vargas Llosa, en Venezuela, ilustran a qué grado la ultraderecha latinoamericana está perdida y está perdiendo. No que se idealicen o sobrevaloren los gobiernos progresistas de la región, ni que se minimice al fascismo que acecha, sino que en buena parte de nuestra América los pueblos son actores, participan y producen cambios; su situación es dura, pero son más libres que nunca. Incómodos, patrones y élites defienden histriónicamente una libertad de expresión de su propiedad, sin mejores recetas que ofrecer que la neoliberal, que a todas luces ya valió queso. Su aportación es sólo ruido para el escándalo mediático. Están vacíos.
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