sábado, 30 de agosto de 2008

Totalmente de blanco

De la Lámpara de Diógenes:
Los blancos salieron de blanco, incluso hasta los sindicatos charros, como la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), estuvieron presentes con sus huestes y sus pancartas que al grito de -"¡fuera! ¡fuera!'- tuvieron que retirarlas y enrollarlas para hacer mutis. La gente más "bonita" de la Ciudad de México se dio cita a los pies de la columna de la Independencia con café latte descremado endulzado con Splenda en mano, para dirigir sus pasos hacia el zócalo de la capital del país para exigir, a quienes lo gobiernan, mayor seguridad.





La anodina marcha, donde sólo la llamada "clase pudiente" fue convocada, se vio interrumpida por breves instantes por algunos gritos y aplausos - ¡México! clap, clap, clap ¡México! clap, clap, clap - No se gritaron consignas, ni se pidieron más empleos, ni una mejor educación. Eso si, los estudiantes de todas las mejores escuelas privadas asistieron con sus padres, con lindos y blancos 'pullovers' al cuello quienes compraban las banderitas del recuerdo, como las que compran cada cuatro o cinco años cuando la sociedad civil, la alta, la que tiene buenos empleos y mejores expectativas de vida, sale a las calles con su legítimo derecho a protestar por un mal gobierno.




Pero esta no sólo fue la marcha de ciudadanos, también fue un espectáculo montado por y para los medios. La cobertura fue total así como los comentarios de las cabezas parlantes que se razgaban la vestiduras ante la multitud que se iba congregando. Cámaras, luces, micrófonos y comentaristas estaban ubicados en puntos estratégicos y arengaban a unos cuantos ciudadanos para que al llegar al frente de las cámaras gritaran la única consigna que se escuchó - ¡México! clap, clap, clap ¡México! clap, clap, clap -




Una vez en el zócalo, los vasos de café fueron cambiados por veladoras. La concurrencia, de cara hacia la Catedral metropolitana, comenzaba a impacientarse. El momento cumbre llegó pero la que escribe estas líneas no esperó y prefirió ir a comer unos churros con chocolate y dejar a la "sociedad" prender su vela y ser televisada por todas la cadenas en vivo y en directo a toda la nación.





Más fotografías en la Lámpara de Diógenes.