viernes, 6 de febrero de 2009

CHANGARRITO: ALEGRE DENISE

Radiante, feliz, se presento Denise Dresser “la doctora” con Aristegui. Feliz de sentirse el centro del mundo, al fin, ante las porras de nuestra querida Aristegui quien le recordaba sin cortapisas los aplausos, las sonrisas de los asistentes al Foro organizado por algunos senadores que así quieren desquitar millonarios sueldos, con foros donde nada se decide. Es más productivo, si cabe decir, una taquiza con algunos lobistas de la industria tabacalera.


Tras algunos días del famoso discurso el bombardeo de correos con Power Points, transcripciones, comentarios, y el infaltable video en estos días del poder multimedia, es claro que se necesita una opinión más ante este caso de panfleto “tras líneas enemigas”, del cual Denise es hoy el papel arrojado por las nubes de cazas que abogan por las fronteras abiertas, aunque en el proceso caigan los antes amistosos monopolios mexicanos.


Denise con un discurso se ha comido a muchos, muchísimos lectores en unas pocas horas, con unos medios de comunicación que se desbordan en halagos a la doctora, quien es visitante asidua de las reuniones de los empresarios por el país, recientemente estuvo en la reunión del CCE en Chihuahua, si ese mismo CCE que pago el comercial de la bicicleta cayéndose por el viento de cambio, grupo que decidió que la democracia y la Constitución se podían ir al diablo cuando así conviniera a sus intereses, entonces la Dresser no dijo mucho en contra de sus aliados empresariales.


La Dresser atacó a los monopolios, esos mismos monopolios que los empresarios extranjeros dejan existir en el país a cambio de concesiones millonarias en otros rubros, aliados constantes de las comidas en las oficinas extranjeras, pero que estos días de cierre de mercados y del “Buy América” que Obama pretende instaurar para defender su producción interna están en decadencia. Los monopolios en México no son cosa de un día, han tenido una larga historia de componendas con el poder del extranjero, de allí su pervivencia mas allá de las crisis, mientras Denise se quejaba por los líos Telmex y el poder de las dos televisoras, los empresarios extranjeros que temen que el pelele de un giro proteccionista obligado por las circunstancias respiraban tranquilos, Denise les hizo la tarea de llamar a sostener las fronteras abiertas mientras el mundo se cierra a proteger a sus trabajadores, a sus mercados.


Denise solo ha sido la vocera de la apertura comercial que los inversionistas tradicionales extranjeros ordenan a sus colonias o sus patios traseros, como mejor lo quiera ver. Nos quieren endilgar la apertura obligatoria mientras el “Buy América” toma vuelo. Incluso Canadá esta temiendo que sus productos sufran por esta nueva política, y la amenaza de la revisión del TLC esta latente no lo olvidemos. El ya famoso discurso del viernes habla de democracia económica, algo que jamás ha existido en el país pero no nos vayamos con la finta, el dinero extranjero ha entrado al país a manos llenas, aunque para especular o apoderarse de cotos como el petróleo. La Dresser con su demagógico discurso oculta que los 30 empresarios de México tienen mucho de su dinero invertido en empresas extranjeras, con los que hoy esperan con ansias que México sea destino de sus alicaídos dólares. Apertura para las colonias, y cierre para las capitales imperiales es el resultado de tan floreado discurso, tal y como esa noche con Aristegui revelo la doctora “la inversión extranjera sacara a México de la crisis” ¿Y el pueblo? Poco le importa a la doctora el pueblo, ese consumidor sumiso, apagado que sabe que no es merecedor de algún discurso de la nueva heroína del Libre Mercado. El asunto para la doctora es que México se vuelva un lugar confiable para la inversión extranjera, que por cierto sabe que tras el desastre que provocaron con la especulación, serán corridos de varios países, su credibilidad por los suelos, por eso les hace tanta falta una Denise que de las gracias por darle la oportunidad de “diseminar estas ideas” como dijo con Aristegui.

Y no, no es que defendamos a los monopolios, vaya eso es una trampa, los que critiquen a Denise entonces quieren a Telmex robando con sus tarifas o a los taxistas estafando en el aeropuerto del DF, no nada de eso. Solo que los monopolios que hoy critica la señora Dresser ayer le pagaban sus conferencias a precio de oro, y eso no lo podemos olvidar. El impacto del discurso solo nos muestra la corta memoria que aun mantenemos como lectores de la realidad que algunos medios nos quieren mostrar.

Inglaterra, Francia y ahora Estados Unidos ya hablan de proteccionismo ante el maremágnum de la crisis, pero cae tan bien en México el discurso anti monopolios y anti proteccionismo tras años y años de cerrazón y capitalismo de compadres, que curiosamente la Dresser nos receto, una fórmula que tenemos muchísimo tiempo denunciando, los amiguismos que impiden un real capitalismo en el país, como siempre las colonias van atrás varios años. Mientras en el norte quieren ver que va a ocurrir con los mercados, aquí apenas estamos viendo como tener un capitalismo real que esta dejando de existir en varias regiones del mundo. Las sociedades del dinero del exterior se agotan con sus empleados en México, así que no les queda otra que tomar el toro por los cuernos y ver la forma de abrir México antes de que algo o alguien cambien la economía mexicana.

Por último me extraña que la doctora Dresser jamás hable del movimiento ciudadano, ya no del López Obradorismo, al menos de la organización civil, los derechos humanos, o por lo menos de los grupos de defensa del consumidor, para nada, la Dresser jamás habla del pueblo, porque eso no le interesa, sino solo le interesa que el país siga abierto a la inversión extranjera, esa misma noche del aplauso, la Dresser con Aristegui reconoció que solo la inversión extranjera puede hacer crecer al país ¿En donde he escuchado ese desgastado discurso?

Tras las máximas que leemos a diario en la prensa critica y alternativa del país y que ahora la Dresser presume entre sus amigos empresarios solo veo el intento de manipular a la opinión pública para que acepte la inversión extranjera como única salida de la crisis, para nada el movimiento social le interesa a la doctora, sino solo ver la forma de acomodarse como la vocera de los quebrados inversionistas que quieren hacer de México un nuevo coto privado y donde sus ex aliados de los monopolios ya les dejaron de servir. Quieren el patio trasero para ellos y evitar así que el pueblo se harte y decida su propio futuro, la Dresser es parte de la avanzada panfletaria de los empresarios que no quieren perder a México como su fuente de mano de obra barata y sumisa.