jueves, 19 de marzo de 2009

Iglesia entrometida

Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia


Ahora sólo falta que desde el púlpito nos digan por quién votar: como si no hubiera existido jamás una Reforma; como si jamás se hayan separado la Iglesia y el Estado; como si la Revolución resultase inútil y como si la revuelta cristera no nos hubiese manchado de sangre.

Desde luego, no son nuevas ni la sujeción ni la alcahuetería ni las complicidades de la jerarquía católica con el poder. Desde la Conquista, ésta se hizo a sangre, fuego y a cruz. Aunque justo sería deslindar a curas magníficos como Hidalgo y Morelos, como Sergio Méndez Arceo, Samuel Ruiz, Raúl Vera, Miguel Concha y Luis Arriaga en tiempos recientes, que han cumplido su vocación pastoral. Igual hay sacerdotes inolvidables como el queridísimo y controversial Alejandro García Durán o el padre Chinchachoma, que viniendo de España a una escuela pirrurris acabó entregado a los niños de la calle en una obra que tras su muerte continúa. Pero la verdad, son garbanzos de a libra. Luces aisladas en una Iglesia cada vez más oscura. Excepciones que confirman un acercamiento aún más impúdico con hombres y mujeres del poder y una distancia ya infinita con sus feligreses.
Leer Nota AQUI