jueves, 12 de marzo de 2009

RESPUESTA A GOMEZ LEYVA

Leí su nota en Milenio y me dio gusto ver que es capaz de reconocer esfuerzos. Sé que Amlo no es de su simpatía, tampoco de su ideología y, tal vez, de sus intereses, pero ha demostrado ser capaz de reconocer el esfuerzo de un ciudadano tan criticado y tan atacado como ha sido López Obrador.


Yo soy una ciudadana más que cree en él, en su honestidad y en sus ideales. No formo parte de ningún partido ni busco provecho de ninguna clase. Soy una mujer jubilada de una universidad en donde la cultura se ha simplificado en aprobar altas tarifas por servicios académicos sin justificación alguna y, donde la burocracia y los "administradores universitarios" (otrora auxiliares de la actividad académica) se han convertido en remedo de sultanes y califatos caricaturescos.


Por desgracia señor Leyva, esto no es un caso aislado en nuestro país, es el modelo seguido desde hace veinte años en casi todas las instituciones de gobiernos y públicas (SEP, PÉMEX, UNIVERSIDADES, EJÉRCITO, etc.), por tanto esa dualidad "pueblo bueno-minoría rapaz" no es tan descabellada. Yo no estoy muy segura de que el pueblo siempre sea bueno, sin embargo estoy completamente convencida de que nos han educado para aceptar esta visión cultural desde las propias instituciones públicas y privadas, de entre las cuales se encuentra la empresa donde usted trabaja (TELEVISA). Por ello mismo, no sólo AMLO, sino miles de personas más en el país estamos dispuestas a seguir en la lucha pacíficamente, pero en la lucha.


No todos necesitamos llegar a una diputación, a una gubernatura o un rectorado para trabajar honesta y sinceramente por los demás. No todos buscamos llegar al poder o llenarnos de dinero para sentirnos satisfechos con nuestras acciones. Para fortuna nuestra, AMLO ha demostrado que su discurso (les guste o no a muchos) fue y sigue siendo coherente, no fueron palabras de candidato bien pagado como fue el caso de MADRAZO, MONTIEL, PATRICIA MERCADO, y tantos más que hasta se nos han olvidado. Tal vez por eso mismo resulta incómodo porque tiene la autoridad moral para seguir señalando con el dedo a aquellos que realmente han traicionado a la democracia “haiga sido como haiga sido”, ¿no cree usted?

Un saludo y muchas gracias por ese reconocimiento.


Gracias Elizabeth Alcalá E.