- "Al liberar asesinos abre la puerta a todos los sentenciados"
Frente a un caso de barbarie criminal, como el de los 45 indígenas masacrados en Acteal, "la Suprema Corte respondió amparando a los asesinos y con ello ratificó el compromiso que ha adquirido para con los poderosos: convertirse en una ventanilla que expide cartas de impunidad y en garante de los políticos que cometen atrocidades contra civiles, como sucedió con los gobernadores de Puebla, Mario Marín (en el caso Lydia Cacho), y del estado de México, Enrique Peña Nieto (en el tema de San Salvador Atenco)", sostuvo ayer la penalista Bárbara Zamora, abogada defensora en infinidad de causas sociales.
En entrevista con La Jornada, la litigante expresó su molestia y preocupación por el precedente que dejó la primera sala de la Corte en su resolución del pasado miércoles: "A partir de ahora, todos los procesados y sentenciados por homicidio, narcotráfico, secuestro, delincuencia organizada o cualquier otro delito, sean inocentes o culpables, y que se les haya violado el debido proceso, van a promover amparos ante la SCJN para que ordene su libertad".
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En entrevista con La Jornada, la litigante expresó su molestia y preocupación por el precedente que dejó la primera sala de la Corte en su resolución del pasado miércoles: "A partir de ahora, todos los procesados y sentenciados por homicidio, narcotráfico, secuestro, delincuencia organizada o cualquier otro delito, sean inocentes o culpables, y que se les haya violado el debido proceso, van a promover amparos ante la SCJN para que ordene su libertad".