¿Qué enseña la huelga de hambre de 50 estudiantes de la UNAM, POLI y UAM?
1. Más de medio centenar de estudiantes, vigilados por sus padres, se lanzaron a una huelga de hambre ayer lunes en la Plaza de Santo Domingo de la Ciudad de México, ubicada frente a la Secretaría de Educación Pública. Son, sin duda, los de conciencia más avanzada de los cerca de medio millón de estudiantes que fueron rechazados “por falta de cupo y presupuesto educativo”. No se sabe si esta determinación fue tomada por acuerdo de una gran asamblea de rechazados o sólo fue determinación de los 50 que fácilmente el gobierno puede reprimir o darles un lugar en alguna institución con el único objetivo de hacer desaparecer el movimiento.
2. Sin embargo, aunque esto último sucediera, el pueblo mexicano debe saber que los jóvenes de todo el país han comenzado a desesperarse porque, como en los años sesenta, se sienten relegados socialmente porque no tienen lugar en las escuelas ni en el trabajo. Les ponen un examen de admisión totalmente manipulado –de modo que sólo ingrese el número de estudiantes con lugar disponible- y también le cierran las puertas de plazas de trabajo porque “no hay vacantes”, al contrario, cada año cientos de miles de obreros se van a la calle por falta de inversiones y creación de plazas. “Pinche país –gritan los jóvenes desesperados- nos cierra las puertas de todo y nos empuja al abismo”.
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1. Más de medio centenar de estudiantes, vigilados por sus padres, se lanzaron a una huelga de hambre ayer lunes en la Plaza de Santo Domingo de la Ciudad de México, ubicada frente a la Secretaría de Educación Pública. Son, sin duda, los de conciencia más avanzada de los cerca de medio millón de estudiantes que fueron rechazados “por falta de cupo y presupuesto educativo”. No se sabe si esta determinación fue tomada por acuerdo de una gran asamblea de rechazados o sólo fue determinación de los 50 que fácilmente el gobierno puede reprimir o darles un lugar en alguna institución con el único objetivo de hacer desaparecer el movimiento.
2. Sin embargo, aunque esto último sucediera, el pueblo mexicano debe saber que los jóvenes de todo el país han comenzado a desesperarse porque, como en los años sesenta, se sienten relegados socialmente porque no tienen lugar en las escuelas ni en el trabajo. Les ponen un examen de admisión totalmente manipulado –de modo que sólo ingrese el número de estudiantes con lugar disponible- y también le cierran las puertas de plazas de trabajo porque “no hay vacantes”, al contrario, cada año cientos de miles de obreros se van a la calle por falta de inversiones y creación de plazas. “Pinche país –gritan los jóvenes desesperados- nos cierra las puertas de todo y nos empuja al abismo”.