martes, 25 de agosto de 2009

A puerta cerrada

Marcela Gómez Zalce

PRI: la certificación de la guerra sucia

• El que se ríe se lleva y el que se lleva se aguanta
• Y la página se cerró…

Lo más difícil de revertir, mi estimado, es una tendencia. Con la novedad de que después de semanas de investigaciones y pruebas forenses, las autoridades han determinado que la muerte de Michael Jackson fue un homicidio perpetrado por su médico Conrad Murray, quien suministró un coctelito fatal de fármacos donde predominó el Profopol, que finalmente apagó la luz del Rey del Pop, lo que hundió (again) el diagnóstico del doctorcito Calderón, quien en un lamentable espectáculo afirmó días después que Michael murió por drogadicto en aquél ridículo discurso presidencial en el cual mostró su distintiva intolerancia al referirse que los jóvenes se refugian en las drogas porque no creen en Dios ocasionando una ola de sugestivas críticas.
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