jueves, 2 de abril de 2009

Erdely: secuestrar en nombre de Dios

Lydia Cacho
Plan B


El padre Marcial Maciel, ante las primeras acusaciones sobre pedofilia, aseguró que los infieles, movidos por el demonio, le difamaban para difamar a Dios y a los Legionarios de Cristo. Los 250 sacerdotes australianos acusados de pedofilia utilizaron los mismos argumentos, hasta que se les demostró su culpabilidad uno a uno. Jorge Erdely asegura que son sus enemigos de la Luz del Mundo y un puñado de zombis manipuladoras quienes lo difaman. Habla para confundir, es su especialidad.

Los principios de la Iglesia Cristiana Restaurada (ICR) parten de la premisa de que todas las personas son apóstatas y deben pasar por un proceso de arrepentimiento, confesión, adoctrinamiento, disciplina y restauración. Las reglas del gran pastor Erdely implican aislar a los restaurados y crear una gran iglesia mundial. Nada que no pretendan casi todas las religiones del mundo. El problema es que Erdely, Canavati y sus seguidores, desde México hasta Tailandia, están convencidos de que llevar niños y niñas robadas a vivir ilegalmente con familias restauradas es una obra de Dios, y no un delito.
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