jueves, 2 de abril de 2009

¿Quién le puso sotol a mi rompope?

Política cero
Jairo Calixto Albarrán

A qué le tiro cuando sueño mexicano cuando me imagino viajando en BMW descapotable con la misma humilde actitud que portaba monseñor Carlos Aguiar al llegar a Tlalnepantla, con el mismo estilo con el que los Reyes, en Galilea, siguieron la estrella del Señor. Yo sólo le pido a Dios que no le sea indiferente y espero al menos despertar algo de la curiosidad científica de los lectores al saber que mientras escribo estas líneas, escucho a los venerabilísimos Ramones interpretando esa bonita melodía que responde al nombre de Somebody put something in my drink. Que es algo así como: ¿quién le puso sotol a mi rompope? Sólo sus aguardientosas majestades pueden explicar la confrontación entre Germy Martínez, Otra Bety en la Paredes y el Chucho cachucho mayor (una bronca que, de veras, parece más arreglada que la clonación de la identidad del pitufillo César Nava en la red social Hi-5 porque, digo, quién va a querer usurpar al rey del anticlímax para tener un millón de amigos y así más fuerte poder chambear), el exhaustivo escaneo que el Vaticano le aplicará a los Legionarios de Cristo (¿del pisto?), y la calma chicha con la cual el trukoolento doktor Karstenstein ha descrito la línea de crédito de 40 mil millones de dólares que el gobierno calderónico le solicitó a los tiburones hambrientos del Fondo Monetario Internacional.
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